viernes, 26 de septiembre de 2014

Transformación en la concepción del espacio en la Edad Media: relación sociedad -economía.


JONATHAN RODRÍGUEZ CAMACHO

La metodología y estructuración, al abordar este tema consiste en encadenar o relacionar diversos hechos históricos generales; que causan unas transformaciones, entendidas estas no desde la moral y la ética como positivas o negativas, sino como simples trasformaciones; encuadrándolas si se le pretende denominar de esta manera dentro de la conocida alta Edad Media aproximadamente (siglos V-VII), poniendo de manifiesto que lo relevante en este texto no es la periodización; es simplemente una ubicación en el tiempo, que nos permite retomar ciertos hechos característicos de dicho tiempo. En este texto se entiende el espacio como todo lo que nos rodea; pero también aquel espacio visto desde la geografía, entendiendo que las representaciones del mundo real que el ser humano hace, son construcciones de eso a lo que está expuesto, o sea aquello que lo rodea; este texto reseña, se interesa por las  relaciones y representaciones que el ser humano tiene en un espacio - tiempo.

El tema que se propone describir y complejizar en esta reseña, dado en el título “Transformación en la concepción del espacio en la Edad Media: relación sociedad –economía”; comienza a desprenderse de una pregunta base, la cual plantea: ¿Por qué se gestaron en la edad media, unas transformaciones en la concepción del espacio; que abarcan a su vez unos cambios en la relación entre sociedad y economía? Para darle una respuesta a esta pregunta, se empleara un texto base, “Historia de la Edad Media: una síntesis interpretativa” de los autores José Ángel García de Cortázar[1] y José Ángel Sesma Muñoz[2], el cual corresponde al texto reseñado; y otro texto “La Alta Edad Media” del autor Julio Valdeón Baruque[3]; texto que a su vez es una base que ayuda a poner en contraste o relevancia las ideas planteadas en el texto reseñado. Cabe aclarar que se emplearan otros textos; que ayudan a dilucidar los argumentos de peso, a los cuales se pretende llegar mediante una construcción, que permita poner en discusión o en contraste los dos textos base.

En este texto se aborda en primera instancia, el porqué de esas transformaciones espaciales y como se gestaron; para luego en segunda instancia, pasar a mirar como esas transformaciones espaciales y conceptuales, concebidas ya como un mundo ruralizado, cambiando de esta manera las relaciones y roles sociales - económicos; pasar en tercera instancia, a mirar las posibles transformaciones en las nociones de ciudad y campo; y luego pasar a mirar unas posibles conclusiones, relacionando la Edad Media con la actualidad; que nos permitan una mejor comprensión del tema; la importancia o relevancia de este tema según mi consideración; es mostrar como ese mundo rustico de la Edad Media se oponía, por lo tanto, a otro con un fuerte peso urbano y mercantil de la antigüedad.

Para darle desarrollo a la pregunta anteriormente planteada, aclararemos poniendo en relevancia; como se dieron o que posibles elementos históricos condicionaron el curso de la historia, para que dichas transformaciones se dieran; considerando como la Edad Media desde un punto de vista económico – social, estuvo caracterizada por condiciones de vida difíciles como se plantea en la siguiente cita al texto base:

Las continuas guerras, el arraigo precario de las poblaciones en las distintas regiones de Europa, la perdida de fusión de las ciudades, la reducción de los espacios cultivados (en provecho de bosques y pantanos, que en muchos lugares habían recuperado terreno), la fuerte disminución (aunque no total desaparición) de los intercambios comerciales y de la circulación monetaria eran al mismo tiempo causa y efecto de un constante descenso de la población europea (Sergi, 2000, pág. 77)[4].

En la anterior cita, podemos ver claramente cuales fueron algunos de esos posibles hechos históricos, que dieron pauta a que la vida en la Edad Media fuera difícil, esta concepción de dificultad, la representa nuestro texto base. Por el contrario y se podría decir que en oposición al texto base; se encuentra nuestro texto comparativo; este esboza como se verá en la siguiente cita, esa dificultad en la Europa occidental, pero resalta que en el mundo bizantino y los países musulmanes los hechos históricos son opuestos, esta dicotomía, tenía su correspondencia en la vida cultural y en las concepciones del espacio. Nos refleja de alguna manera, la tendencia a la generalización de muchos historiadores. A continuación las citas, que nos sustentan esta idea:

Construcciones y derrumbamientos de imperios, invasiones interminables… la historia de Europa, en el periodo comprendido entre el siglo V y XI, parecía desarrollarse a un ritmo vertiginoso. Pero no debemos engañarnos. Esa imagen de aceleración se obtiene cuando nuestra mirada se dirige hacia un aspecto muy concreto de la realidad: la sucesión de los acontecimientos políticos (Valdeón, 1988, pág. 48).

En el territorio ocupado por la cristiandad occidental imperaba un ruralismo aplastante. En cambio en Bizancio y, de forma aún más acusada en el Islam, había grandes ciudades (basta con mencionar Constantinopla, Bagdad o Córdoba) y, en general, una animada vida comercial (Valdeón, 1988, pág. 49).
 
Como se puede ver en las anteriores citas, podríamos decir que la dificultad que dio pio a diversas transformaciones en cuanto a lo social y económico, se da en la Europa occidental, pues en la Europa oriental; aunque hay transformaciones, no se ven de alguna manera tan marcada como en el occidente. Podemos plantear que estos hechos históricos que tuvieron lugar en el periodo conocido como Edad Media, presentan algunas consecuencias o transformaciones en todas las relaciones de la vida del hombre en la Edad Media, pero en esta reseña, nos interesa mirar específicamente dos de esas esferas, la social y la económica; miraremos en este segundo punto, como ya lo habíamos planteado anteriormente, que esas transformaciones espaciales y conceptuales, concebidas ya como un mundo ruralizado, cambian de esa manera las relaciones y roles sociales – económicos.

En cuanto a la esfera de lo económico, podríamos decir que el texto base, se centra en la idea de “la disminución de la actividad mercantil, como una consecuencia de la desaparición de las antiguas concentraciones urbanas de gentes especializadas en tareas no agrícolas” (Muñoz, 1997, pág. 38). Esta cuestión, del desplazamiento de las personas de la ciudad al campo, es una clara muestra del cambio de la concepción del espacio en la alta Edad Media; que tiene una fuerte consecuencia en el desarrollo de las actividades económicas. Comenzando como lo muestra el texto base, en el desentendimiento de los gobernantes en mantener en pie diversos tipos de obras públicas y en el deterioro de la ciudad y de sus caminos; mostrando el desequilibrio en cuanto a las transacciones comerciales.

Cabe aclarar en este punto, que las la economía en ese momento de la historia, consistía en las diversas posibilidades de comercio, mercado y trueque; que se gestaban en las ciudades, al no haber ese espacio denominado ciudad; grandes concentraciones de personas se desvinculan de las relaciones de la economía específicamente en la ciudad; podríamos decir que se desconectan los lazos entre los diversos lugares, la economía tiene unas transformaciones indudables, como se puede ver en la siguiente cita:

El comercio cambia de carácter. Ya no se trata, como en la época gloriosa del Imperio, de abastecer la población de las grandes ciudades, sino de proveer de objetos pequeños y de mucho valor, joyas, libros, marfiles, sedas, vestimentas litúrgicas, a una minoría de ricos, tanto laicos como eclesiásticos (Muñoz, 1997, pág. 38).        

Dentro de las cuestiones de lo económico, podemos ver ciertas prácticas que cobran de nuevo en la Edad Media valor, como lo es el intercambio, la poca circulación de la moneda y autoabastecimiento de cada uno de los grupos familiares. Dentro de las practicas que recobran valor, cabría poner dentro de estas; algunas costumbres que imbrican en la esfera de lo ritual, una práctica que muestra el texto base; de relevancia en la vida económica y cultural “dar, recibir y devolver acrecentados”, que entra de alguna manera en el plano de lo económico. Para poner en discusión nuestro texto base, empleamos otro texto en el cual plantea que:

Los años que discurren entre la caída del Imperio romano y la irrupción de los musulmanes en el occidente no trajeron demasiados cambios en la economía y a sociedad de la naciente Europa. Se sigue viviendo bajo pautas muy similares a las del bajo Imperio, aunque se vaya advirtiendo ya una transformación hacia lo que van a ser los esquemas de la sociedad altomedieval (Mitre, 1999, pág. 35)[5].

Dentro de este orden de ideas, podemos decir que este texto plantea; que la ruptura entre la Antigüedad y la Edad Media, no se ve tan marcada. Plantea que es un proceso lento, que no altera en mucho las concepciones de la sociedad y mucho menos las económicas. Sustentando este orden de ideas planteare otra cita que muestra esta otra posibilidad; que nos sirve para poner de manifiesto esta diferencia “la vida urbana, aunque muy degradada, no desapareció totalmente. En todo caso, es el carácter esencialmente rural lo que da el tono a la vida” (Mitre, 1999, pág. 35). Vemos como esa ruptura, se puede interpretar en el texto base, no es una ruptura radical, no desaparece por completo la idea de ciudad, o se rompe radicalmente la concepción de dicho espacio; sino que podríamos decir que se le resta importancia a la ciudad “lo urbano”, para pasar al campo “lo rural”.

En relación con el texto comparativo, este plantea que efectivamente las transacciones comerciales en la Edad Media eran limitadas, por el aislamiento de las personas de las ciudades; el texto plantea que “en la Europa altomedieval hubo asimismo actividades mercantiles, tanto de carácter local, como regional o incluso a la larga distancia” (Valdeón, 1988). En su especificidad, los intercambios por lo general eran de alimentos, aunque existía una curiosidad por objetos de valor, este mercado era movilizado por unas minorías de personajes ricos, como lo menciona el texto base; no obstante, como lo plantea el texto “el volumen de las transacciones, era limitado, como asimismo era escasa la moneda que circulaba” (Valdeón, 1988); o sea que la economía no se desvincula del todo, solo se transforma.

Una de las cuestiones, como lo hemos mencionado anteriormente, es que la consecuencia de estas transformaciones en el plano de lo económico y social es que “la mayor parte de la población europea altomedieval vivía al margen del mercado, en un régimen de autoconsumo” (Valdeón, 1988). Podríamos decir que la economía presente en la alta Edad Media; es una economía rural, dentro de las ideas dilucidadas, se podría decir que la Edad Media es ese tiempo – espacio en el que mutan y se transforman ciertas esferas de la vida del hombre, como lo mencionamos anteriormente la económica y social.     

Dentro de las cuestiones sociales; las transformaciones en cuanto al espacio, causadas por los diversos hechos históricos, que motivaron a que se gestaran dichos procesos, como lo hemos venido viendo; genera en la sociedad unos cambios, causados en su esencia por el desplazamiento, podríamos decirle de esta manera de la ciudad al campo, o la simple ruralización de la ciudad; cambiando concepciones dentro de lo cultural, desde la noción de la ciudad y el campo. Hasta los quehaceres del diario vivir, el trabajo, la familia, la religión, las costumbres, los rituales y muchas más estas esferas del mundo social, sufren unas modificaciones; en mayor o menor grado claro está. En nuestro texto base, podemos ver algunas de esos cambios; desde la revalorización del “campo como escenario de vida y de la tierra como forma de riqueza explica la estructuración de la sociedad en función de las propiedades rusticas” (Muñoz, 1997, pág. 39).

Esto quiere decir que al cambiar el escenario de la relación de los actores sociales, cambian o mutan algunas de las estructuras de dicha sociedad. Se comienza a gestar un proceso de ruralización de la sociedad, la palabra ruralización implica un proceso de transferencia de las actitudes y prácticas rurales a la conducta urbana; se comienza a desarrollar lo que conocemos como feudalismo, el cual lo podemos definir de la siguiente manera:

Conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio –principalmente militar– por parte de un hombre libre, llamado (vasallo), hacia un hombre libre llamado (señor), y obligaciones de protección y sostenimiento por parte del señor respecto del vasallo, dándose el caso de que la obligación de sostenimiento tuviera la mayoría de las veces como efecto la concesión, por parte del señor al vasallo, de un bien llamado (feudo) (François-Louis Ganshof)[6].

Entendiendo que en este periodo se comienza a producir el fenómeno denominado feudalismo; planteare que dentro de las figuras de la sociedad el texto base, reconoce que los trabajos o las formas laborales han mutado, esto quiere decir que las anteriormente instauradas o instituidas, se han eliminado. Entre estas formas sociales se encuentran los artesanos, mercaderes, y funcionarios; quienes han tenido que cambiar sus funciones, a las del otro extremo de la sociedad en este caso trabajadores de la tierra; dentro de esta categoría de trabajadores de la tierra, encontramos que el texto base; define tres de estos, entre los que se encuentran los esclavos, los siervos y los colonos. Para complementar esta idea uno de los textos, nos hace referencias puntuales sobre las bases técnicas, económicas y sociales de la desaparición del trabajo y de los trabajadores en la sociedad; argumentando ideas iniciales:

a) La regresión técnica, la cuasi-desaparición del trabajo especializado.
b) La reducción de la noción del trabajo a la de trabajo manual, y de éste a trabajo rural.
c) La evolución social es desfavorable para los trabajadores: hay desaparición progresiva de los artesanos y de los campesinos no libres. (Goff, 1983, pág. 110).

Como lo hemos podido comprobar, se presenta una reestructuración de las diversas cuestiones sociales; una de estas cuestiones es la nueva noción de campesino, que se da por el desprendimiento de la ciudad, como lo podemos ver en la siguiente cita; “la antigua capital del Imperio vio descender su población, en los siglos VII al X, a unos veinte o treinta mil habitantes, lo que significaba, como mínimo, una décima parte de la que había tenido en los tiempos clásicos” (Valdeón, 1988); en la discusión entre los dos textos base, se puede ver una complementación, con respecto a este tema. Después de haber dilucidado y de haber abarcado el tema de algunos posibles hechos históricos, que dieron pie a las transformaciones en el espacio, y que a su vez transformaron las concepciones de la vida; mostrando algunas diferencias o acercamientos entre los textos, podemos pasar a mirar las posibles transformaciones en las nociones de ciudad y campo; las cuales llevan intrínsecamente vinculada el termino de ruralización de la sociedad, las cuales hacen parte de una tercera instancia en esta reseña.

Una de las cuestiones que hemos tratado en este texto es “la fragilidad de las ciudades”; este fenómeno como lo hemos comprendido se da por las diversas pugnas que se gestan en torno al espacio conocido como “ciudad”, desde las invasiones, los problemas políticos internos, la debilidad de la Europa Occidental, las pestes y demás; que forman la amalgama de hechos históricos, que marcan y transforman la realidad espacial y conceptual de los actores sociales. Desde el siglo tercero como no lo muestra nuestro texto base, las ciudades van perdiendo su importancia como centros de poder; “desde el siglo III, las ciudades habían perdido población en beneficio del campo” (Muñoz, 1997).

Por este mismo camino se encuentra nuestro texto complementario, al plantear “la crisis del siglo III fue decisiva para la quiebra de la vida urbana en el Occidente. Las razzias de francoalamanos, la cada vez más pesada fiscalidad, las luchas civiles, en definitiva, el progresivo éxodo hacia el campo fueron dejando muy debilitados los efectivos demográficos de las ciudades” (Mitre, 1999). Esta cita y la anterior, nos muestran con claridad, la progresiva debilidad de las ciudades como espacio de relaciones de la sociedad y como escenario donde se gesta diversos tipos de actividades, para nuestro interés económico y social; que a la vez que cambia el escenario, cambian los roles de los actores sociales.    

Se ha resaltado en este texto la debilidad de la ciudad como espacio en la Edad Media, al cambiar ese espacio, cambian las nociones de ciudad y lo contrario a la ciudad el campo; como lo veremos en la siguiente cita “el viejo sistema que combina urbs ordenadora y territorium ordenado desde ella. Y había constituido uno de los pilares de la organización social del espacio en época imperial, entra decididamente en crisis” (Muñoz, 1997). Comienza como lo mencionamos con anterioridad a gestarse un proceso de ruralización de la sociedad, esta ruralización implica mantener unas cuantas ciudades, invadidas por campos cultivados y pequeños rebaños de ovejas y cabras; muestra que la sociedad de este tiempo estaba adquiriendo practicas normales del campo; pero raras en la ciudad, que va a caracterizar el nuevo  modelo de ciudad altomedieval, con esto quiero decir que la ciudad como escenario no del todo se pierde, más bien muta o se transforma. Al haber estos cambios en la ciudad, cambia el propio concepto de ciudad, como lo muestra la siguiente cita:

Por una aparente paradoja, los siglos IV a VI fueron, a la vez, testigos de un cierto cambio en el propio concepto de ciudad. Del concepto clásico, según el cual la ciudad es el lugar (civil), esto es, civilizado por excelencia, en contraposición al campo e que viven las fieras, se fue pasando al concepto veterotestamentario, según el cual la ciudad es el espacio de la corrupción mientras que el campo lo es de la pureza y la redención (Muñoz, 1997).

Se puede ver, como la noción de la ciudad y el campo se revaloriza; o sea toman otros valores, otras características que se ven reflejadas en las conductas de las personas. Este fenómeno se da, como se ha manifestado anteriormente, por los diversos hechos históricos que se gestaron en la alta Edad Media; el cual es de interés para este tema, pues muestra el acontecer, no exacto en el tiempo de dichos sucesos; importantes porque muestran los cambios en las concepciones del espacio, que afectan o transciende a la vida de los sujetos históricos, quienes en última instancia le dan el valor y transforman las nociones y conceptos. Cabe recordar que lo que nos rodea, siempre ha sido el principal objeto de interés de los hombres y de ese espacio; entendido como todo lo que nos rodea, el hombre ha hecho unas representaciones de esa realidad; que no es, valga la redundancia tan real; es solo un reflejo de la realidad, más no la realidad misma[7].

Hay que recordar que el mundo está en constante transformación, las sociedades están cambiando constantemente; no son objetos fijos, ni estáticos; por lo que la historia de la Edad Media, es solo una de esas tantas representaciones de la realidad, más no es la realidad misma, y esta reseña a su vez hace parte de una de esas representaciones de la realidad, que se vio interesada en estudiar de una manera somera el desarrollo, la estructura y la función de la sociedad en ese espacio - tiempo. Entendiendo que la historia de la Edad Media transciende en el tiempo y está más cercana a nuestra sociedad actual “siglo XXI”, de lo que creemos.

Esta reseña “Transformación en la concepción del espacio en la Edad Media: relación sociedad –economía”; me hace pensar en las personas desplazadas por la violencia en nuestro país Colombia, motivadas estas por unos hechos históricos, que gestaron el desplazamiento. Ya no de la ciudad al campo, sino del campo a la ciudad; en la cual los actores sociales toman parte de la ciudad, considerado este como un acto de ilegalidad en la actualidad; después de dicho desplazamiento forzoso, los campesinos se ven en la necesidad de ocupar espacios periféricos de las principales ciudades del país; en busca del amparo y protección del Estado. Estos campesinos desplazados por el conflicto armado, llevan consigo una amalgama cultural, que trasciende a ese espacio conocido como ciudad; creando de esta manera una ruralización de los espacios periféricos de la ciudad. Este fenómeno lo podemos ver en las diversas relaciones sociales que se expresan visualmente en estos espacios; un ejemplo de esta es “la crianza de animales de granja en sus casas”. Estudiar la Edad Media es una oportunidad hecha escusa, para mirar y analizar con un mayor detenimiento, los hechos sociales y económicos; para nuestro caso, que se gestan en la actualidad. La Edad Media nos sirve como herramienta conceptual y metodológica; para analizar los temas, nociones y concepciones, que se manifiestan en un determinado espacio – tiempo, y que se encuentran en discusiones actuales. La historia del pasado no esta tan lejana como creemos.


Bibliografía.

Goff, J. L. (1983). La desaparición del trabajo y de los trabajadores en la sociedad, la mentalidad y la ideología de la alta Edad Media (siglo V-VIII). En J. L. Goff, Tiempo, trabajo y cultura en el occidente medieval (págs. 110 - 112). España: TAURUS.

Mitre, E. (1999). Historia de la Edad Media en Occidente. Madrid: Cátedras.

Muñoz, Á. G. (1997). Ruralismo y pervivencia de la sociedad antigua. En Á. G. Muñoz, Historia de la Edad Media: una síntesis interpretativa (págs. 37 - 41). Wisconsin - Madison: Alianza Editorial.

Sergi, G. (2000). Los siglos de una economía "cerrada" y "natural". En G. Sergi, La idea de Edad Media (págs. 75 - 88). España: Crítica Barcelona.

Valdeón, J. (1988). La Alta Edad Media. Madrid: ANAYA.

Nota: para complementar el trabajo, se tuvo en cuanta información conceptual y  biográfica; para la cual se empleó como buscador, WIKIPEDIA. 


[1] José Ángel García de Cortázar Ruiz de Aguirre (Bilbao, 1939) es un historiador español; medievalista  especializado en la historia de la Alta Edad Media.
[2] José Ángel Sesma Muñoz (Zaragoza, 1946). Historiador español especialista en poblamiento, economía y política del Reino y la Corona de Aragón medievales.
[3] Julio Valdeón Baruque (Olmedo, Provincia de Valladolid, 21 de julio de 1936 - Valladolid, 21 de junio  de  2009) fue un historiador español.
[4] Giuseppe Sergi (1841-1936) fue un influyente antropólogo italiano de principios del siglo XX.
[5] Historiador español, Emilio Mitre Fernández es Catedrático de Historia Medieval en la Universidad Complutense de Madrid. Mitre ha destacado en su labor de investigación sobre la sociedad, cultura y religiosidad en Europa a lo largo de la Edad Media.
[6] François-Louis Ganshof (14 de marzo 1895 - 1980) fue un historiador belga, considerado como una autoridad en la Edad Media.
[7] "Del rigor en la ciencia", Jorge Luis Borges (En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el Tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los inviernos. En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas. Libro cuarto, cap. XLV, Lérida, 1658).

No hay comentarios:

Publicar un comentario