jueves, 27 de febrero de 2014

ECONOMÍA, DESARROLLO, MEDIO AMBIENTE Y SOCIEDAD.


JONATHAN RODRÍGUEZ CAMACHO 


Al sentarme a escribir este ensayo, pienso por un momento en unas ideas semejantes o iguales, contenidas en el texto de Juan Carlos Riascos[1]: “los proyectos integrantes de conservación y desarrollo: limitaciones y alcances”, de igual manera en el texto de Manfred Max Neef[2]: “desarrollo sin sentido”. Estos dos textos me dan de alguna manera temas de conversación, ya que se escriben por latinoamericanos, lo que me permite referirme a algunas problemáticas presentes en Colombia. Otro de los textos citados en este ensayo es: “la aventura de los símbolos; una visión ambiental de la historia del pensamiento”. Escrito por el Colombiano Carlos Augusto Ángel Maya[3], considerado uno de los más importantes pensadores ambientales colombianos y latinoamericanos; con excelentes fundamentos en cuanto a la problemática ambiental y las posibles soluciones a esta problemática; que involucra diversos aspectos de la sociedad y su organización. Todos como colombianos tenemos que entender y asimilar que nuestro país es enteramente privilegiado por estar situado en la zona ecuatorial; tenemos el privilegio de poseer una gran variedad de especies animales y vegetales, tenemos gran variedad de climas, tenemos los más lindos paisajes del mundo y grandes riquezas en nuestra geografía, grandes fuentes hídricas, gran presencia de recursos minerales, somos ambientalmente un país rico en recursos naturales.

Como lo expresa William Ospina[4]: “Tenemos climas frágiles porque tenemos ecosistemas ricos y preciosos, que producen agua y oxígeno para el mundo entero. Colombia es un país de tierras bellísimas y de climas benévolos” (Ospina, 2013). Las preguntas a resolver serian: ¿qué pasa con estos recursos?, ¿cómo se están explotando?, ¿se están teniendo en cuenta a las personas a la hora de explotar dichos recursos?, ¿porque hay tanta pobreza?, ¿Por qué hay personas en la miseria?, ¿Quién lo está explotando?, ¿qué es lo que pasa con nosotros los colombianos? El presente texto trato de recoger algunos de las posturas y pensamientos de los autores anteriormente citados y contrastarlos con mi pensamiento; además posicionarlas en un espacio concreto, Colombia y plantear las diversas formas en que el “desarrollo” implica unas consecuencias, no solo expresadas en el medio ambiente sino también en la sociedad, cuando esta es débil.

Manfred Max Neef de alguna manera llega a una conclusión en su larga experiencia por diferentes países del mundo, y Por otro lado, pero por la misma línea de pensamiento Juan Carlos Riascos muestra las implicaciones del desarrollo o del progreso ya más centrado en Colombia. Estos dos autores logran darse cuenta de que los países del llamado “tercer mundo” que buscan un desarrollo o un progreso se ven implicados en la mayoría de los casos en pobreza injustificada, un gran desequilibrio económico, desigualdad, injusticia y segregación. En donde lo que importa es el equilibrio o estabilidad de la economía, no importa el ser humano, no importa la naturaleza, no importa nuestro futuro, lo que importa es el aquí y el ahora, lo instantáneo, y a eso nos estamos acostumbrado, o nos hemos acostumbrado; podríamos decir que lo hemos naturalizado como sociedad, muestra de esto no lo proporciona la siguiente cita:

No es una gran dirigencia la que se esfuerza veinte años por que le aprueben un Tratado de Libre Comercio, y cuando le aprueban el Tratado la sorprenden con un país sin carreteras y sin puertos, con una agricultura empobrecida, con una industria en crisis, confiando sólo en vender la tierra desnuda con sus metales sus minerales para que la exploten a su antojo las grandes multinacionales. Ahí no sólo falta generosidad sino inteligencia, ahí faltan grandeza y orgullo.

En cualquier país del mundo un tratado de libre comercio se negocia poniendo como primera prioridad qué necesitan y qué consumen los propios nacionales. ¿Por qué  tiene que ser la prioridad poner oro en las mesas de otros antes que poner alimentos en nuestras propias mesas? (Ospina, 2013).

Estas cuestiones anteriormente esbozadas, reflejan el pensamiento del sociólogo Zygmunt Bauman[5] autor del concepto «modernidad líquida» para definir el estado fluido y volátil de la actual sociedad, sin valores demasiado sólidos, en la que la incertidumbre por la vertiginosa rapidez de los cambios ha debilitado los vínculos humanos. Lo que antes eran nexos potentes ahora se han convertido en lazos provisionales y frágiles. Situando un poco esto que plantea Zygmunt Bauman, para el caso de Colombia cito a William Ospina: “Aquí no nos dan realidades, aquí se especializaron en darnos cifras. El pueblo tiene hambre pero las cifras dicen que hay abundancia, el pueblo padece más violencia pero las cifras dicen que todo mejora. El pueblo es desdichado pero las cifras dicen que es feliz” (Ospina, 2013).

Debemos entender que los problemas ambientales se deben de analizar desde una visión integral y compleja, en donde se tenga en cuenta tanto el medio ambiente, como el sistema cultural, el desarrollo, la economía, la sociedad y la política. La problemática ambiental  "abarca la totalidad de la vida, incluso la del hombre mismo y la de la cultura" (Ángel, 1996). Uno de los problemas que resalta el autor es la dificultad de desligar las orientaciones económicas y las posturas políticas en un análisis del mundo moderno, desde la perspectiva del desarrollo. Esta es una idea que debe de estar presente cuando se habla de medio ambiente, economía y política.

De alguna manera la economía y la política hoy en día son como uno solo: “indisolubles”; ambas buscan el beneficio de unos pocos, favorecer al mercado y bajo esta postura hacen del mundo, bajo una falsa visión lo que les viene en gana, cuando digo falsa visión me refiero a que oculta entre leyes y tratados una sarta de mentiras que lo que hacen es beneficiar a unos cuantos, hasta en las políticas ambientales que se supone favorecen el medio ambiente se encuentra involucrado un interés político y económico, por lugares de interés como es el caso de Colombia, territorios que beneficien a el mercado, a la economía, con las diversas ventajas que un territorio pueda ofrecer, para la explotación de recursos naturales con mayor frecuencia por transnacionales que explotan nuestros recursos, sin beneficios económicos ni ambientales, bueno económicos para unos pocos, pero el daño ambiental es incalculable e irreparable y para todos.

Hay diversos modelos de desarrollo en diferentes culturas, pero en especial para el análisis de la problemática ambiental en Colombia, tenemos que ligarnos o estudiar el modelo de desarrollo propuesto en la cultura occidental, el modelo capitalista, mercantilista y consumista que se introduce y expande desde el siglo XVI desde Europa occidental. Se cree que el desarrollo, traerá beneficios para un país, riqueza y cuando hablamos de desarrollo  por lo general se tiene la idea de progreso, esperanza y beneficios para todos; esto es de alguna manera lo paradójico de la palabra desarrollo. Pero la historia y este autor nos han demostrado que la realidad es otra, el desarrollo no implica necesariamente riquezas para todos, beneficios para todos; la cuestión es que en un país puede haber desarrollo, pero la pobreza incrementa, las ganancias son para unos pocos y la torta se reparte con inequidad. Además de haber daños ambientales de una magnitud inigualable, pues se explotan los recursos de un país a cambio de favorecer la economía, que no beneficia a todos sino a unos cuantos y deja graves consecuencias en el ambiente.

Como podemos constatar en el texto la aventura de los símbolos, una de las fisuras más importantes del sistema económico capitalista es la crisis ambiental hecha evidente desde finales del siglo XIX, pero que se asume como discusión pública en el ámbito internacional sólo a partir de  la segunda mitad del siglo XX, a instancia de los científicos que empiezan a desconfiar del optimismo tecnológico de la ciencia moderna. Entonces podemos ver que no todo el tiempo, se tuvo la concepción a futuro de que los recursos naturales pudieran ser limitados y que el crecimiento de la población ayudarían a que se acelerara el proceso de agotamiento de los recursos naturales; con grandes consecuencias en el medio ambiente. Se empieza entonces a analizar las consecuencias que tienen el crecimiento acelerado de la población y además se empieza a tener en cuenta que la desintegración o afectación de la naturaleza afecta principalmente al ser humano, estaríamos hablando en términos coloquiales de una autodestrucción de la misma especie humana.

La capacidad de prever y mitigar las posibles consecuencias que pueden acarrearse por nuestro mal uso de los recurso, y el afán de conseguir y conseguir cada día más cosas que en realidad en este momento no son necesarias, como no lo ha demostrado el consumismo a que nos ha llevado el capitalismo, consumir y consumir; sin medir que algún día esos recursos se agotaran, no tenemos una visión hacia el futuro, creemos fielmente en el hoy y el ahora, el inmediatismo, las sociedades liquidas, donde nada perdura; como las denomina el sociólogo Zygmunt Bauman. Como lo expresa la siguiente cita:

Hoy el mundo se ha lanzado a un obsceno carnaval del consumo. Pero esos países que divinizan el consumo, como los Estados Unidos y Europa, por lo menos ha tenido la prudencia de garantizarles primero a sus pueblos agua limpia, vivienda digna, educación seria y gratuita, salud para todos, trabajo y salarios decentes, una economía que se esfuerza por ofrecer empleo de calidad, que no llama trabajo como aquí al rebusque desesperado, ni a la mendicidad, ni al tráfico violento de todas las cosas (Ospina, 2013).

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, cabe plantear que el desarrollo tiene unas consecuencias; estas consecuencias se ven expresadas en el medio ambiente y la sociedad, y la justificación de ese desarrollo es el crecimiento de un país, “considerado como un todo” pero la traba esta allí, no todos nos vemos beneficiados con ese desarrollo, solo se benefician unos cuantos, y además esos cuantos someten a esos muchos, para agrandar sus arcas. Sus intereses no son tristemente ayudar al pueblo, son someterlo y de esto han hablado ya muchos sociólogos, cientistas sociales, periodistas, cantantes y personas que logran ver de alguna manera más allá de sus narices o logran descifrar la verdad, oculta por una máscara que no nos deja acercarnos a comprender lo que sucede con nuestro país y con el mundo.

Se trata de entender nuestro entorno, estudiando las estructuras como dirían algunos sociólogos como ejemplo Norbert Elías[6] y lo plantea en el texto el escritor Augusto Ángel Maya, cuando dice “la relación con la naturaleza no depende prioritariamente de la buena voluntad del individual, sino de las formas sociales de organización” (pág. 228); y otro fragmento “para superar la crisis ambiental no son suficientes ni las medidas exclusivamente tecnológicas, ni las reformas educativas de la voluntad individual, ni la codificación de leyes ejemplares. Se trata de construir una nueva sociedad y la nueva sociedad se construye desde la plataforma de la decisión política” (pág. 228), entonces podemos darnos cuenta que la crisis del medio ambiente, primero es algo que nos afecta a todos, segundo la estamos afectando todos y tercero es un problema social, político y económico, y lo peor afecta a el medio ambiente y por ende al ser humano.

La cuestión es que para estudiar esas estructuras hay que entender que a ellas las estructuramos nosotros mismos, pero que a su vez las estructuras nos estructuran porque nacemos en una sociedad, cuando hablo de estructuras me refiero a las instituciones sociales a las cuales los individuos pertenecemos y forma parte constante precisamente por pertenecer a la sociedad; como lo plantea Norbert Elías “que es esta sociedad que formamos todos nosotros, pero que ni siquiera todos nosotros juntos hemos querido y planificado como hoy existen, que solo existe porque existen muchas personas y que solo permanecen porque muchas personas particulares quieren y hacen algo, esta “sociedad” cuya estructura, cuyas grandes transformaciones históricas es evidente que no depende de la voluntad de personas individuales?” (Elías 1990:17).

A este planteamiento de Norbert Elías yo le agregaría que aunque un individuo no sea capaz de trasformar estas estructuras, pueden incitarse a una sociedad a transformarlas, por ejemplo por los medios de comunicación, que de alguna manera distraen a las personas, ocupándonos en cuestiones que no nos interesan realmente, medio masivos de comunicación que son alterados, modificados, que llevan de manera oculta una mano negra que nos domina; para el caso de Colombia de algunas pocas familias hacendadas si les quiere decir de esta manera; que dominan el país, que controlan la política, la economía y la sociedad.

Algunas familias colombianas de elite en su afán por enriquecer sus arcas, se apoderaron primero del poder, ejercido por la política y segundo se apoderaron por medio del poder político de tierras que proporcionan intereses económicos debido a sus grandes riquezas naturales, extracción con máquinas de oro, coltan, carbono y otros minerales que son empleados para favorecer al mercado. No solo minerales, también recursos como el agua, la fauna y la flora están siendo explotados en nuestro país por transnacionales; esto es lo más paradójico, no somos nosotros mismos sino que son agentes externos los que por poder económico dominan y callan a un país que se deja meter la mano en la boca y en ocasiones hasta el codo; como lo expresa William Ospina:

El egoísmo que se apodera de la tierra de todos para beneficio de unos cuantos, que se apodera de la ley de todos para hacer la riqueza de unos cuantos, que se apodera del futuro de todos para hacer la felicidad de unos cuantos. De ahí nacen las rebeliones violentas, y de ahí nacen los delitos y los crímenes (Ospina, 2013).

Socialmente hemos crecido en una sociedad llena de conflictos, llena de incertidumbre, llena de miedo; entonces la cultura que le estamos brindando a nuestro hijos, a las próximas generaciones; es una cultura de sumisión, de aguante, de trabajo y trabajo, no le estamos permitiendo a nuestros hijos descubrir nuevas posibilidades, les estamos volviendo ciegos igual que nosotros lo somos; y siempre que hablo de ceguera en la sociedad, me refiero al libro ensayo sobre la ceguera de José Saramago[7]; este escritor narra en su libro la historia de un país que se empieza a quedar ciego, de la nada y la ceguera era contagiosa según decía el escritor; pero el trasfondo de este libro no era la discapacidad como tal, era ver que la sociedad entera, aunque pudiera ver vive en un mundo a ciegas, vive a ciegas, una sociedad que se calla. Eso mismo nos pasa a los colombianos, no queremos ver esa realidad tan patente, tan palpable que está al frente de nosotros mismos, hay que entender que no somos pobres somos tan ricos o más como los suizos, los japoneses o los norteamericanos.

Lo que tenemos que hacer, es empezar a revolucionar desde nosotros mismos, como lo plantea Juan Carlos Riascos “partir del individuo y de la familia para llegar a la organización, la vereda, y la región (iniciativas discretas)”. Para así revolucionar a toda una sociedad, que sea consciente de las riquezas que poseemos y que podamos buscar entre todos los componentes que nos hacen falta, para tener un desarrollo pero a la vez riqueza o igualdad al menos en nuestro país. En esta novela encuentro la realidad, estamos en una sociedad de sumisión, de ceguera total, los acontecimientos más horrorosos, pasan a nuestro alrededor y no decimos nada, no nos pronunciamos, seguimos comiendo cuento, algunos dicen que ya venimos programados para eso, precisamente por la transmisión cultural. Pero será que podemos hacer algo, será que algún día entenderemos que merecemos algo mejor, que lo que nos brindan no es suficiente y que le están vendiendo o les estamos vendiendo nuestro país a países desarrollados, no debemos conformarnos con la miseria, los colombianos merecemos algo mejor y creo en el cambio, esperemos sea para bien y empecémoslo a construir.

Esto es lo que nos está destruyendo de alguna manera, creemos darle importancia a el ser humano, cuando lo que lo prima son los intereses propios de unas personas, en el caso de Colombia por ejemplo donde los que gobiernan nuestro país son un grupo de familias hacendadas podríamos decir, de las elites de este país las cuales se turnan su poder, y lo más paradójico es que  creemos que somos nosotros los que los elegimos. Estos personajes, los cuales son socios de las transnacionales le están entregando el país y sus riquezas, lo único que buscan estas es la explotación de recursos, sin dejar ni siquiera ganancias para los colombianos, les estamos entregando nuestras riquezas, sin que nos demos cuenta, o cuando nos damos cuenta no hacemos nada, el verdadero problema no es del momento, es el futuro de nuestro país. Esta cita, resume de alguna manera el historial de nuestro país:

Todo lo que sucede en nuestro país es la expresión de una sociedad que transpira contrastes por todos sus poros: país de leyes, pero permanentes prácticas de corrupción  que se remontan  al periodo colonial; la “democracia” más antigua de América Latina, pero procesos permanentes de violencia; país de Sudamérica, pero sin historia de populismos ni caudillismos; existencia de partidos políticos desde el siglo XIX, pero exclusión de la oposición; la guerrilla marxista más antigua del mundo, pero procesos de entrega de armas de guerrillas que se declaran antimarxistas y bolivarianas; una de las legislaciones ambientales más avanzadas del planeta, pero destrucción acelerada del medio ambiente; nación pluriétnica y multicultural, pero elite política profundamente conservadora; débil identidad nacional, pero identificación fanática con la selección del futbol; principal productor de cocaína del mundo y país no consumidor; 28% del país bajo territorios autónomos y la unidad nacional no se fractura; mayor reconocimiento de los territorios ancestrales de indígenas y negros en América Latina, pero el obstáculo más fenomenal para ejercer la territorialidad. (Castillo, 2007)

La primera y más innata verdad es que la culpa de estos problemas, es de cada uno de nosotros como colombianos, no hay -digámoslo así- un responsable directo, todos con nuestras actitudes contribuimos a que el problema siga de esa manera, colombianos pobres, unidos en la miseria, un país con mente y espíritu pobre en donde le damos la mano a la pobreza, donde reina el pesar y la compasión, donde se pasea la corrupción a nuestro lado y en donde abrazamos con gran ilusión la desgracia. Porque no empezar a trasformar esa realidad, porque nos quedarnos callados y dejamos que las cosas pasen, porque pensamos que no nos afecta a nosotros directamente; porque no tenemos la capacidad mental, la capacidad del alma, para reconocer que nuestras acciones positivas o negativas tienen repercusión en el futuro, porque nos detenemos y pensamos en conjunto soluciones para estos problemas, falta que alguien diga basta y ese basta lo va a proclamar la naturaleza.

En Colombia, ese desequilibrio económico se debe, en gran parte al capitalismo masivo en que se encuentra, el país. El capitalismo en Latinoamérica especialmente en Colombia, es esa división entre los ricos y los pobres, es aquella barrera que no le permite al pobre vivir en las mismas condiciones que el rico, es aquella frontera que le impide a Colombia tener un progreso uniforme, ecuánime; son estas barreras las que impiden que Colombia triunfe, aunque el pobre puede llegar a vivir en las mismas condiciones que el rico, pero con mucho esfuerzo y valentía, de una manera honesta, no como los ricos picaros "ladrones de cuello blanco" o narcotraficantes que logran el sueño de ser ricos pero para llegar hasta allá han matado muchas vidas o han cortado muchas alas y le han hecho daño al país.

No trato de manifestar la riqueza material como necesidad, existen otro tipo de riquezas más importantes que la material, podemos construir en nuestro país otro tipo de objetivos, pero de alguna manera soy realista y lo que mueve a esta sociedad es el dinero, es poder tener absceso a muchos placeres que se nos dan solo por dinero, puede que esto cambie algún día, puede que la naturaleza diga no más y se acaben los privilegios para el hombre; que se acabe el petróleo lo que provocaría que nos devolviéramos en el tiempo y tendríamos que volver a cultivar, volver a caminar largas distancias como nómadas, volver a la técnica del trueque y tratar de ahorra lo más que se pueda para poder mantenerse seria “bueno no” le daría una lección a nuestra sociedad.

Aprender es otra de las cosas que nos faltan para lograr el éxito; la educación en Colombia ha sido muy desfavorable para la población juvenil, púes se maneja uno de los peores niveles de calidad en el ámbito educativo, Colombia se ha dejado dominar por la cultura de trabajar y trabajar; y no se ha interesado por brindar un nivel estandarizado de educación en todo el país por ello sus estudiantes son uno de los más desinteresados cuando debería de ser todo lo contrario cuando de educarse se habla, yo desde mi entendimiento poco profesional sé que un país que brinda educación de calidad y subsidiada en todos sus procesos, es un país que triunfa porque va a tener herramientas de progreso, es pues la educación uno de los factores más importantes y trascendentes en una sociedad que está en proceso de desarrollo; pero no de desarrollo sin sentido, hablo de un desarrollo con sentido, conscientes de lo que hacemos con la explotación de los recursos, interesados en la personas, en la población y conscientes de que en un futuro es la naturaleza la que nos puede salvar o destruir. Entonces la educación en nuestro país se debe intervenir fuertemente para que el futuro de colombianos sea mejor. 

Allí donde no hay empleo difícilmente puede haber paz. Allí donde no hay educación verdadera, respetuosa y generosa, qué difícil que haya paz. Allí donde la salud es negocio, ¿cómo puede haber paz? Donde se talan sin conciencia los bosques, no puede haber paz, porque los árboles, que todo lo dan y casi nada piden, que nos dan el agua y el aire, son los seres más pacíficos que existen (Ospina, 2013).

Uno de los componentes que me hace falta por nombrar y del cual debemos aprender es  aceptar los errores de nosotros mismos y así levantar la cabeza, mirar adelante y empezar de nuevo, sin echarle la culpa a nadie, ese error de culpar a los demás por nuestros propios errores está casi que arraigado a la mayoría de la población en Colombia; es culpar a los políticos, que algo de culpa tienen, y a la sociedad misma de lo que les está pasando, pero entonces una lección es mirar tus propios errores para así empezar a transformarte y transformar  la sociedad, todos cometemos errores nadie se salva de ello, pero hay unos errores que se cometen y se quedan en la impunidad por el momento; porque luego se pagan y eso sí que pasa mucho en Colombia el narcotráfico y la corrupción; el tener más que los demás sin importar lo que se tenga que hacer para lograrlo, y no es justificable, así nazcas en una sociedad marginada se puede lograr la riqueza, recordando que no solo hay riqueza material, hay otros tipos de riqueza que debemos construir. Por medio del estudio, la entrega y la voluntad que le pongas; es saber, que si se puede y que el dinero fácil, solo compra males y la historia misma nos lo ha demostrado con hechos que quedan marcados en la vida de las persona.

El hecho es, que no todo se quede en palabras, que las enseñanzas y verdades trasformen la sociedad, me transformen a mí y yo como promotor transforme mi entorno, que se sienta en nuestros corazones la transformación que debe empezar a trascender en nuestro país, que los colombianos vivamos en paz, donde no hayan matanzas, robos, maltratos, injusticias, que sea un país en donde lo que está mostrándose ante nuestros ojos se destape ya, y deje salir ese voltaje de conocimiento, donde se empiece a formar sociedad, compañerismo, y se empiece de una vez por todas a explotar de una manera óptima y verdadera nuestros recursos para vernos beneficiados todos como los colombianos, no dejemos que nos metan la mano a la boca, no nos dejemos contaminar de esa sociedad liquida, podemos luchar para defender la naturaleza, que es la única que nos puede dar la mano en el futuro.

Como en estas conclusiones no trato de enfatizar en los problemas aunque hay que mirar primero de que se sufre para así intervenir en este análisis he decidido dejar muy en claro que los problemas que se encuentra vigentes en nuestra Colombia, rica en recursos de toda clase, en territorio, en gente y en todo lo que se pueda decir más, está aquí presente mi pensamiento juvenil, plasmado en este texto, en el cual quiero proponer una revolución ideológica, más del pensamiento que de armas, guerras y papas bombas como las del pasado y de hoy en día que no han logra aun nada, sé que si empiezo a conocerme a mí mismo y reforzar o corregir mis errores se puede construir sociedad y se puede cambiar mi entorno, porque no aunque suene utópico cambiar a Colombia entera, no es un imposible pues alguien me dijo que los sueños se pueden cumplir, y aunque sea un sueño algo loco o así me catalogue la sociedad por tener este sueño se puede lograr, desde la intervención mínima en el aula de clases que puedo construir con mis alumnos, hasta las relaciones que puedo llevar en mi entorno social, puedo poner mi grano de arena, y si muchos ponen su grano de arena podremos pensar en un cambio consiente. Muchos lo han logrado el cambio en nuestro país y más que patriotismo es un sentimiento de transparencia por lo que poseo no es solo de unos pocos la riqueza de nuestro país, es todos y cada uno de los que formamos parte de Colombia.

Me parece interesante para concluir este texto compartir este fragmento de la canción, solo le pido a dios de  León Gieco[8] “solo le pido a dios que el engaño no me sea indiferente, si un traidor puede más que unos cuantos que esos cuantos, no lo olviden fácilmente. Solo le pido a dios que el futuro no me sea indiferente, desahuciado está el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente”. Mi cuestionamiento es, será que como seres humanos hemos olvidado nuestra condición de ser humano, será que nos estamos convirtiendo en animales de corral, que nos dejamos dominar y para donde nos digan que miremos miramos, será que somos ciegos, que nos pasa. Este texto es creado un poco para abrir la mirada y entender que la cuestión del medio ambiente está conectada con una gran cantidad de procesos como la política y la economía; como lo hemos podido observar. Pero este ensayo es también para abrir los ojos y ver qué es lo que en realidad está ocurriendo a nuestro alrededor, quitarnos la marcara y ver la verdadera luz, para transformar lentamente la sociedad.

Entonces sabremos que la paz no es sólo una palabra, que la paz es convivencia respetuosa, prosperidad general, justicia verdadera, campos cultivados, empresas provechosas, bosques y selvas protegidos, ríos que tenemos que limpiar y manantiales a los que tenemos que devolver su pureza.

Porque la paz se funda en la confianza y en la sencillez, y en cambio la discordia necesita mil rejas y mil trampas y mil códigos. Aquí, por todas partes, están los brazos que van a construir ese país nuevo, los pies que van a recorrerlo, los cerebros que van a pensarlo, y los labios del pueblo que lo van a cantar sin descanso (Ospina, 2013).

  
Bibliografía

Bauman, Z. (1999). Modernidad líquida. Buenos Aires: Fondo de Cultura Economica.
Elias, N. (1998). Ensayo teórico sobre las relaciones entre establecidos y marginados. En N. Elias, La civilización de los padres y otros ensayos (págs. 79-138). Bogotá: Editorial Norma.
Elias, N. (1987). La Sociedad De Los Individuos. . Barcelona: Ediciones Peninsula.
Gieco, L. (Compositor). (1978). «Sólo le pido a Dios». [L. Gieco, Intérprete, & M. Hall, Dirección] Cañada Rosquín , Santa Fe, Argentina .
Max-Neef, M. (1996). Desarrollo sin sentido. DISOÑADORES DEL FUTURO (págs. 60-68). El Encano – San Juan de Pasto – Nariño – Colombia: Asociación Para el Desarrollo Campesino.
Riascos, J. C. (1996). Los proyectos integrales de conservación y desarrollo: Limitaciones y alcances. DISOÑADORES DEL FUTURO (págs. 22-30). El Encano – San Juan de Pasto – Nariño – Colombia: Asociación Para el Desarrollo Campesino.
Ospina, W. (1996). ¿Dónde está la franja amarilla? Colombia: Colección Milenio.
Ospina, W. (2001). “Colombia En El Planeta "relato de un pais que perdio la confianza". Medellin-Colombia: Imprenta Departamental De Antioquia.
Ángel Maya, Augusto. 2000. La Aventura de los Símbolos. Ecofondo. Bogotá.
"Oración por la Paz" escrita por el poeta, novelista y ensayista colombiano, William Ospina, y leída en  la Plaza de Bolívar, en el acto central de la Movilización por la Paz y la Democracia, por la ex senadora Piedad Córdoba.

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ciencias/sena/economia/el-desarrollo-economico-y-la-organizacion-del-trabajo/desarrollo2.htm
http://www.zonaeconomica.com/concepto-desarrollo
http://html.rincondelvago.com/globalizacion_nuevos-centros-de-la-esfera_william-ospina.html
http://www.bancomundial.org/
http://www.banrep.gov.co/publicaciones/concurso_ensayo_banca.html
www.banrep.gov.co




[1] Economista colombiano Juan Carlos Riascos 
[2] Artur Manfred Max Neef (26 de octubre de 1932 en Valparaíso) es un economista, ambientalista y político chileno. 
[3] Carlos Augusto Ángel Maya (Manizales, Colombia 1932 - Cali, Colombia, 11 de septiembre de 2010), uno de los más importantes pensadores ambientales colombianos y latinoaméricanos.
[4] William Ospina (Padua, Tolima, 2 de marzo de 1954) es un poeta, ensayista y novelista colombiano.
[5] Zygmunt Bauman (Poznań, Polonia, 1925) es un sociólogo, filósofo y ensayista polaco.
[6] Norbert Elias (Breslau, 22 de junio de 1897- Ámsterdam, 1 de agosto de 1990) Sociólogo judío-alemán cuyo trabajo se centró en la relación entre poder, comportamiento, emoción y conocimiento.
[7] José de Sousa Saramago (Azinhaga, Santarém, Portugal, 16 de noviembre de 1922 – Tías, Lanzarote, España, 18 de junio de 2010) fue un escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués.

[8] Raúl Alberto Antonio Gieco, conocido como León Gieco, es un músico y cantautor popular argentino.


jueves, 13 de febrero de 2014

Desde la Antropología Social y Cultural: Una Mirada a la Cultura, los Grupos Étnicos y la Identidad.

La estructura metodológica y conceptual de este ensayo analítico, consiste en plantear un diálogo, entre los componentes que exponen en sus textos algunos autores, quienes han escrito sobre la antropología social y cultural; con la idea de plantear una relación de acuerdo o contraposición entre cada uno de ellos; a la vez consiste en encadenar, relacionar o entretejer diversas ideas expuestas por estos distintos autores, teniendo en cuenta los conceptos de cultura, grupos étnicos e identidad; bajo la mirada de la antropología social y cultural, buscando encontrar unos puntos en común y desacuerdo entre las lecturas; poniéndolos en evidencia en este texto. Pero a la vez consiste en realizar un texto que permite comprender a groso modo los argumentos que cada uno de los autores plantea y esboza en sus textos; consiste también en tomar las ideas centrales de cada uno de los textos y por medio de argumentos y de la forma en que se exponen las fuentes, sustentar dichas ideas; por último consiste en plasmar las enseñanzas, aprendizajes y reflexiones que los textos suscitan en mi persona.

El tema que se propone describir y complejizar en este ensayo analítico, dado en el título “Desde la Antropología Social y Cultural: Una Mirada a la Cultura, los Grupos Étnicos y la Identidad”; comienza a desprenderse de una pregunta base, la cual plantea ¿por qué la antropología social y cultural se interesa por los conceptos de cultura, grupos étnicos e identidad? Para darle una posible respuesta a esta pregunta se emplearan nueve textos base, que permiten poner en discusión o en contraste las ideas plantadas por cada uno de los autores.

En este texto se aborda en primera instancia, el concepto de antropología; en el cual nos detendremos a mirar, dentro de la antropología física los animales no humanos, específicamente el caso de los “primates”; pues es de interés en este ensayo analítico comprender como del comportamiento de los primates se deriva el comportamiento humano; y el concepto de  antropología social y cultural, para luego en segunda instancia, pasar a mirar desde la antropología social y cultural el concepto de cultura; pasar en tercera instancia, a mirar el concepto de grupos étnicos; para pasar en una cuarta instancia a mirar el concepto de identidad; por último consiste en realizar unas conclusiones, que permitan expresar opiniones, que surgen respecto de los temas.  

Para darle desarrollo a los planteamientos anteriormente esbozados y a la estructura de esta reseña; la cual en una primera instancia platea las preguntas sobre ¿Qué es antropología? y ¿Qué es antropología social y cultural? Para darle desarrollo a estas preguntas, los textos base para resolverlas son “¿Qué es la antropología social? En: Introducción a la Antropología Social”, este texto fue escrito por la autora Lucy Mair[1], antropóloga británica. El segundo texto base para resolver esta pregunta es “La Otra Mirada: Contribuciones al Espacio Geográfico desde la Antropología”, este texto fue escrito por Nancy Motta González[2], antropóloga colombiana. Y el tercer texto base es “Los Primates. En: Antropología. Una Exploración de la Diversidad Humana con Temas de la Cultura Hispana”, este texto fue escrito por Conrad Phillip Kottak[3], antropólogo americano. Cabe aclarar que se emplearan otros textos, que ayudan a dilucidar los argumentos de peso a los cuales se pretende llegar, como se ha mencionado anteriormente, mediante una construcción que permita poner en discusión o en contraste los dos textos base. Como lo plantea en su libro la antropóloga Lucy Mair, la antropología significa “hablar del hombre”, y plantea en la siguiente cita:

Se piensa a veces en la antropología como el estudio que nos dice (todo sobre el hombre). Para quienes adoptan este punto de vista, comprende en realidad las materias que florecían hacia mediados del siglo XIX, cuando comenzó a tomar forma la idea de una (ciencia del hombre): la antropología física, la antropología social (o cultural), la arqueología y la lingüística (Mair, 1976).

En la anterior cita, se puede ver claramente como la antropóloga Lucy Mair plantea una concepción sobre lo que se piensa es la antropología; concebida esta como la “ciencia del hombre”. Al respecto el autor Juan Maestre Alfonso cita a Ángel Palerm, del cual plantea “Ángel Palerm ofrece una síntesis con sentido pedagógico, del contenido de la antropología y de sus divisiones en disciplinas especializadas” (Alfonso, 1983). Podríamos decir que la concepción de Ángel Palmer es el reflejo de la postura que describe Mair sobre lo que se piensa de la antropología.

La antropología vista como la ciencia de la evolución del hombre, de la sociedad y la cultura. Partiendo de este esquema, que considera general, ve la necesidad de recoger la variedad de temas y especializaciones que implica el estudio de algo tan amplio como la evolución del hombre, de la sociedad y de la cultura, y estima que las ramificaciones de la antropología pueden ser agrupadas en tres ramas principales que a su vez se subdividirán en un conjunto de especialidades. La antropología física, la antropología social y cultural; y por último la antropología aplicada (Alfonso, 1983).

Dentro de las nociones, definiciones y en ultimas aclaraciones, sobre lo que es la antropología, algunos autores apelan a la definición de la antropología de la siguiente manera: "La Antropología es el estudio de la realidad humana, es la ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre" (DRAE, 2001). O “La antropología es una ciencia comprensiva general que estudia al hombre en el pasado y en el presente de cualquier cultura” (Antrópologo, 2008) y a la vez antropología significa: “(estudio del hombre), y es la ciencia que se encarga de investigar y contarle al mundo cómo se comporta el ser humano y por qué lo hace de esa manera” (Historia, 2009). Pero dentro de todas estas definiciones de lo que significa la antropología, tendríamos que referirnos a los planteamientos expuestos por los autores Carlos Ember, Melvin Ember y Neal Peregrine, quienes plantean:

Pero definir la antropología como el estudio de los seres humanos no es completo, ya que tal definición supondría adaptar a ella una larga lista de disciplinas tales como la sociología, psicología, ciencias políticas, economía, historia, biología humana, y quizá hasta las disciplinas humanísticas de filosofía y literatura. No es preciso decir que los expertos en estas disciplinas relacionadas con los seres humanos no estarían muy contentos si consideráramos su trabajo como una rama secundaria de la antropología. Después de todo, dichas disciplinas existían mucho antes que la antropología, y cada una de ellas tiene aspectos particulares y distintivos. Por lo tanto, hay que analizar qué es lo característico de la antropología, buscar una razón para la explicar por qué se ha desarrollado como una disciplina autónoma y por qué ha conseguido una identidad propia en los últimos cien años (Ember, 2004)

Entonces vemos claramente como estos autores nos muestran, que la antropología, no se encarga de estudiar, solamente al ser humano completamente, como único interés; sino que más bien son un compendio de intereses los que motivan a la antropología como ciencia, los que han dado la característica a la antropología, los que han dado su autonomía. Los autores Carlos Ember, Melvin Ember y Neal Peregrine, plantean que “la antropología es amplia en perspectivas, tanto geográficas como históricas”. Como lo plantea Nancy Motta González, “La antropología hoy en el mundo remite al análisis de las múltiples expresiones culturales en un contexto de globalidad e interrelación, donde se fragmentan las ficciones etnográficas de la comunidad y la cultura como unidades metodológicas que se autocontienen y se explican en sus propios términos” (Motta). De esta manera, la antropología como ciencia, se caracteriza de las demás ciencias, como lo plantean las siguientes citas:

Los antropólogos, generalmente, están considerados como unos individuos que viajan a rincones poco conocidos del mundo para estudiar a gentes exóticas o excavar en lo profundo de la tierra con el fin de descubrir fósiles o herramientas y cerámicas de individuos que vivieron hace mucho tiempo. Estas visiones, aunque claramente estereotipadas, indican como la antropología se diferencia de otras disciplinas (Ember, 2004).

Lo que diferencia nuestra disciplina (antropología) de las otras es su carácter global y comparativo. Otras ramas del saber abordan únicamente un segmento concreto de la experiencia humana o una época o fase concreta de nuestro desarrollo cultual y biológico. Los hallazgos de la antropología, en cambio, no se basan jamás en el estudio de una sola población, raza, tribu, clase, nación, tiempo o lugar (Harris, Intruducción a la antropología general, 1983).

Se ha mostrado groso modo, dentro de este ensayo las características, concepciones, descripciones, de la antropología; desde diversos puntos de vista, que nos permitieron problematizar de alguna manera la concepción sobre lo que es antropología; como conclusión a este punto, el autor Philip Kottak plantea lo siguiente “La antropología tiene un vínculo estrecho con las humanidades que incluye el estudio de idiomas, la literatura comparada, los clásicos, la filosofía, las artes, el folclore es decir, el estudio sistemático de cuentos, mitos, y leyendas de diversas culturas. Podría incluso aumentarse que la antropología se encuentra entre los campos de estudio más humanistas por su estricto respeto de la diversidad humana” (Kottak P. , 2006).

Dentro de las tres ramas de la antropología, que cita el autor Juan Maestre del autor Ángel Palerm, en este ensayo nos interesan “la primera gran rama” (Alfonso, 1983), la antropología física; y con un mayor interés; que la primera, para el objeto de este ensayo es la “segunda gran rama” (Alfonso, 1983), la antropología social y cultural. Como lo ha planteado Juan Maestre, citando a Juan Comas, refiriéndose a la antropología física:

Juan Comas, la define como  (La ciencia que se dedica al estudio de variaciones humanas, estudio comparativo del cuerpo humano y de sus funciones inseparables; como el tratado de las causas y caminos de la evolución humana, transmisión y clasificación, efectos y tendencias en las diferencias funcionales y orgánicas; dedicándose como ciencia no solo a medir, clasificar y especular, sino también a crear los métodos y las técnicas para ver si las teorías sostenidas son correctas o no. Tendencias modernas de la antropología física procuran, -dentro del contenido que hemos enmarcado- enriquecer el conocimiento del pasado mediante el estudio del presente; es decir, explicar el hueso en términos de función y vida) (Alfonso, 1983)

Esta definición de lo que significa antropología física, nos muestra como esta se encarga del estudio de la variación, comparación, y funciones; pero que también abarca como lo explica el autor la medición, la clasificación y la especulación. Algunos autores plantean que la antropología física es “Una rama de la antropología que tiene como objeto de estudio las interacciones de procesos biológicos y sociales, y sus efectos sobre las poblaciones humanas, entendidas estas no solo como objetos de naturaleza básicamente biológica, sino como el terreno mismo de la interacción biosocial, lo que implica un conocimiento de los dos ámbitos, pero sin reducirse a ninguno de ellos. En otras palabras, estudia al ser humano considerando su naturaleza y su cultura” (Antrópologo, 2008).

De esta manera se entiende la antropología física, desde el estudio del ser humano, visto bajo la luz de la naturaleza y la cultura, según lo plante el anterior autor. De alguna manera Juan Comas no abarca las concepciones de naturaleza y cultura, dentro de su definición de la antropología física; como lo muestra Harris “La predisposición a desarrollar cultura es, quizá, el componente más esencial de la historia evolutiva de los seres humanos” (Harris, Intruducción a la antropología general, 1983). Y a la vez las definiciones anteriormente planteadas no muestran claramente nuestro origen animal, como lo muestra la siguiente cita a Robert Jurmain “La antropología física fundamenta los demás campos de la antropología en nuestro origen animal y nuestra naturaleza biológicamente determinada. Los antropólogos físicos tratan de reconstruir el curso de la evolución humana mediante el estudio de los restos fósiles de especies antiguas” (Robert Jurmain, 2009).

La antropóloga Nancy Motta, plantea, con relación a la antropología física lo siguiente “el interés científico de la antropología física ha conducido a estudiar la genética de las poblaciones, el crecimiento y el desarrollo anatómico, lo efectos de las dietas sobre los procesos fisiológicos, por ello la historia evolutiva del hombre y del primate desde la perspectiva biologicista está sufriendo una considerable revisión” (Motta, 1999). Después de haber observado groso modo que se entiende por antropología física; pasaremos a observar uno de los temas de interés en este ensayo; el cual se desprende de la antropología física y es la primatología.

Según Phillip Kottak, la primatología se entiende como “El estudio de los simios, monos y prosimios, vivos y fósiles, incluidos su comportamiento y vida social-“ (Kottak C. P., 1996). Ángel Palerm plantea la primatología como una de las ramas de la antropología física, y la entiende como “Primatología; o sea el estudio de los primates, tanto humanos como no” (Alfonso, 1983). Después de hacer una breve aclaración sobre lo que es la primatología; pasamos a mirar uno de los temas de importancia de este estudio, y es como del comportamiento de los primates, se deriva el comportamiento humano. Como lo plantea Kottak, “Existe una gran diferencia entre una sociedad primate y una cultura humana plenamente desarrollada. Sin embargo, los estudios sobre los primates en circunstancias diversas han revelado más similitudes de las que podrían imaginarse” (Kottak C. P., 1996).

Con relación a la anterior cita de Kottak, se puede ver claramente que hay una brecha entre la sociedad primate y la cultura humana, como lo muestra la siguiente cita “Se ha definido al ser humano como animal cultural, como especie biológica caracterizada por regular su comportamiento mediante pautas culturales, la cultura es exclusiva del hombre” (Cambridge, 2008). Pero Kottak nos plantea la cuestión de similitudes entre los primates y los seres humanos, a lo cual plantea “Los académicos solían defender que el comportamiento aprendido (frente al instintivo) separa a los humanos del resto de los animales. Ahora sabemos que los monos y lo simios dependen también ampliamente del aprendizaje” (Kottak C. P., 1996). La anterior cita, nos da muestra de la similitud entre los humanos y otros primates.

Los científicos han comenzado a validar conductas instintivas, como comportamientos aprendidos; como lo muestra la siguiente cita “A la cultura pertenece todo lo que no se hereda genéticamente, se aprende socialmente. Los individuos de especies no humanas aprenden socialmente ciertos comportamientos y los adoptan después. Ciertos individuos de orden de los primates son capaces de inventar conductas y sus congéneres de aprenderlas por imitación, por lo que pueden ser consideradas conductas culturales (Cambridge, 2008). Complementando esta anterior cita, Kottak plantea que “las diferencias entre los humanos y otros primates son cuantitativas más que cualitativas: son diferencias de grado más que de clase” (Kottak C. P., 1996)

De esta manera queda entendido, como lo plantea Phillip Kottak, que “El estudio de los primates no humanos resulta fascinante por sí mismo, pero también contribuye a que los antropólogos puedan hacer inferencias acerca de la temprana organización social de los homínidos (miembros de la familia zoológica que incluye a los humanos vivos y fósiles) y a desentrañar cuestiones de la naturaleza humana y del origen de la cultura” (Kottak C. P., 1996). Cabe mencionar, como lo plantea Kottak, que algunas de las similitudes entre los humanos y otros primates son: la flexibilidad adaptante mediante el aprendizaje, el uso de herramientas, los sistemas de comunicación, la predación y la caza, y la predación, agresión y el uso de recursos[4]. Pero como lo planteo inicialmente Kottak y los demás autores, también existen unas diferencias entre los humanos y otros primates, algunas de estas diferencias las describe Kottak de la siguiente manera: compartir, cooperación y división del trabajo;  y emparejamiento, exogamia y parentesco. 

Después de haber comprendido en este ensayo analítico, las diferentes posturas respecto a la antropología, la antropología física y la primatología; pasaremos a estudiar, como lo hemos planteado anteriormente, uno de los temas de mayor interés en este ensayo; y es la concepción de antropología social y cultural. La antropóloga Lucy Mair, plantea que “La antropología social debería estar ligada con la antropología física, o clasificación de la humanidad en razas; con la arqueología o estudio de las reliquias enterradas de sociedades del pasado; y con la lingüística, o estudio de los principios del lenguaje” (Mair, 1976). Nos muestra la importancia de la interdisciplinariedad, que de alguna manera ayuda a tener una comprensión mucho mayor de la antropología social y cultural. El autor Ángel Palerm plantea lo siguiente “Antropología social, cuya misión es el análisis y comparación de las relaciones entre las personas y entre los grupos sociales” (Alfonso, 1983).

Después de la introducción que nos aporta Lucy Mair y Ángel Palerm; comenzaremos el desarrollo de este tema, citando a Palerm; quien plantea lo siguiente: “La segunda gran rama de la antropología, la antropología cultural, cuyo tema central, es el estudio de la evolución cultural y social de la humanidad, desde sus orígenes más remotos hasta nuestros días, incluyendo el análisis de la situación y de las tendencias existentes en la actualidad que están, en cierta forma, prefigurando el desarrollo futuro, el curso y la dirección ulterior de la evolución” (Alfonso, 1983). Este autor, nos muestra como la antropología cultural se interesa por el estudio de la evolución cultural y social de la humanidad. La autora Nancy Motta, plantea “La antropología social como ciencia aborda el conocimiento de las interrelaciones entre las formas culturales que son internas a la estructura social de una comunidad, y la vinculación de la cultura con fenómenos estructurales (como el entorno físico, nivel de bienestar, condición social)” (Motta, 1999). Esta autora nos plantea a la antropología social, como la ciencia que se encarga de estudiar unas interrelaciones entre formas culturales, que pertenecen a una estructura social. El autor Harris Marvi, plantea con relación a la antropología social y cultural lo siguiente:

Cuando nos referimos a la antropología sociocultural, así adjetivada, estamos aludiendo al ser humano estudiado como miembro de un grupo social y como integrante de una cultura. En realidad, estamos haciendo mención de realidades similares. Los grupos humanos poseen una cultura que los caracteriza; puede decir, por tanto, que la antropología sociocultural estudia las sociedades y las culturas humanas, tratando de descubrir, prioritariamente, los elementos compartidos y las diferencias, con una estrategia holística, esto es enfocada a la globalidad. Para lograrlo, se vale de una metodología sistemáticamente comparativa (Harris, Intruducción a la antropología general, 1983).  

Harris Marvi, nos hace una aclaración bastante importante, para entender a que nos referimos con antropología social o antropología cultural, empleando una palabra adjetivada, que nos permite relacionar lo social y lo cultural dentro de la antropología; este autor nos muestra que los grupos humanos poseen una cultura que los caracteriza, al igual que Nancy Motta nos muestra esa relación entre cultura y sociedad, no queriendo decir que ambos conceptos son iguales. El autor Harris Marvi, nos plantea una pregunta muy interesante, que pone en relevancia lo aquí planteado “¿constituye la antropología social y cultural una misma cosa? Quizás si en la práctica, pero la dualidad terminológica no deja de tener su significado cultural y social; son dos conceptos distintos que pueden dar lugar a estilos de análisis diferentes” (Harris, Intruducción a la antropología general, 1983).  La autora Nancy Motta, plantea que:

La antropología social al cumplir un papel vital en mostrar y explicar la variabilidad sociocultural, sea en las formas de organización social (tipos de matrimonio, familia, residencia, estructura económica, ley, política), o en los componentes cognitivos de la cultura (clasificación en las redes de parentesco, magia, religión y enfermedad), ha construido un andamio teórico al mismo tiempo que lleva a cabo su análisis y ha desarrollado una metodología para explicar tal realidad, a través del trabajo de campo y del componente etnográfico (Motta, 1999)

En la anterior cita, se puede ver claramente cuál es el papel de la antropología social y cultural, en cuanto al estudio de lo social y al estudio de lo cultural. El autor Ángel Palerm, plantea que “Se busca por lo tanto, establecer no solo el curso de la evolución y los mecanismos que operan en ella, sino también las interrelaciones de los distintos factores, la dinámica interna de cada una de las sociedades y culturas bajo estudio, sean estas primitivos o modernos, sencillos o complejos, altos o bajos” (Alfonso, 1983).

Estás categorizaciones que plantea Ángel Palerm, entre primitivo-moderno, sencillo-complejo, o altos-bajos; esta puesta en discusión, a lo cual la autora Lucy Mair plantea lo siguiente, dando una concepción de antropología social y cultural; “La antropología social se ha ocupado muy ampliamente de pueblo que “hacen” las cosas de modo muy distinto al de “este país” o al de cualquier otra de las naciones a las que se denomina comúnmente (con ejemplar desprecio por la geografía) (occidentales). Su interés se ha centrado siempre en aquellos pueblos a los que se denomina “primitivos” o, cuando hay tiempo para hablar más dilatadamente, (pueblos de tecnología sencilla)” (Mair, 1976).

Vemos como Lucy Mair, de alguna manera, nos ayuda a complejizar  algunas categorías que se han empleado en las ciencias sociales. La autora Lucy Mair plantea lo siguiente “Pero si estudiamos el tipo de sociedades en el que viven, y comparamos éstas con las del mundo occidental, podemos ver que se encuentran, tanto entre “ellos” como entre “nosotros”, determinados principios fundamentales de la vida en sociedad” (Mair, 1976). Por lo tanto no deberíamos de emplear categorías que marginan, legitiman, y abren brecha entre unas sociedades y otras[5], pues como lo plantea Lucy Mair, tenemos unos principios fundamentales de la vida en sociedad[6].

El campo de la antropología es muy amplio, por lo tanto se ha dividido en diferentes ramas, ya que un antropólogo no puede abarcar todo el estudio. Antes la antropología social se relacionaba estrechamente con la antropología física, lingüística y con la arqueología, hasta convertirse en ciencias independientes, ya que como antes mencionado es demasiado campo para ser estudiado en su totalidad por una sola persona (Alfonso, 1983)[7].

Como lo plantea la anterior cita y como lo plantea el siguiente autor; existen tres ramas principales de la antropología social y cultural, que son: la arqueología (el estudio de culturas pasadas, sobre todo a partir de los restos materiales que han quedado de ellas), la lingüística antropológica (el estudio antropológico de las lenguas) y la etnología (estudio de las culturas existentes o recientes)[8]. Una de las subdivisiones o ramas, que nos interesa describir en este ensayo de la antropología social y cultural, es la arqueología; según el autor Juan Maestre, refiriéndose a la arqueología plantea lo siguiente “La arqueología, como disciplina dedicada -con métodos y técnicas especiales- a la reconstrucción de las culturas desaparecidas y de sus procesos de desarrollo, mediante el estudio de sus restos materiales. Para estos fines la Arqueología se apoya en los datos y deducciones de otras ciencias. A través de ella se puede reconstruir la organización, los modos de vida y creencias de sociedades desaparecidas, o de otros momentos históricos de grupos humanos aun subsistentes y respecto a los cuales interesa comparar la realidad pretérita con la presente” (Alfonso, 1983).

Con respecto a la cultura material[9], de interés para la arqueología; la autora Leonor Herrera plantea “La cerámica, ya sea que se produzca en casa para el consumo, o que salga de las manos del artesano de tiempo completo, es de primordial importancia en la vida cotidiana y ritual de aquellos grupos que no conocían el aluminio ni el plástico. Es además un medio expresivo insuperable para plasmar las concepciones estéticas y prácticas de un conjunto humano” (Herrera, 1992).   Continuando con las formas en que las sociedades del pasado, dejaron sus legado, reconocido hoy en día como cultura material por la arqueología, el autor Álvaro Botiva[10] comenta “el arte rupestre puede entenderse como un medio de comunicación o como expresión de una experiencia o una interpretación individual del mundo” (Contreras, 1992).

Hemos visto someramente algunas cuestiones respecto de la antropología social y cultural; pero nos falta un elemento que creo es muy importante mencionar en esta reseña; y es el que nos propone a continuación Lucy Mair “Otro punto de vista alternativo es que la antropología social constituye una rama de la sociología y que sus vecinas más inmediatas son las restantes ciencias sociales” (Mair, 1976). Y como lo plantea la autora Mirtha Lischetti “En la actualidad el campo de estudio de la antropología es la sociedad en su conjunto, compartiendo como antropología social la especificidad con la sociología, con la que cada vez comparte más técnicas y métodos. Y frente a la cual solo cabría esgrimir los elementos que las diferenciaron en el momento en que se gestaban como ciencia, y que constituyen a la sociología como la ciencia de “nosotros” y a la Antropología como la ciencia de los “otros” (Lischetti, 1998). Vemos entonces como Lischetti, nos aclara dentro de su cita que ambas ciencias, tanto antropología, como sociología, se encargan de estudiar a la sociedad en su conjunto; pero cada una de estas ciencias estudia una especificidad del mismo estudio, y es que la antropología estudia al “otro” de la sociedad, mientras que la sociología, se encarga de estudiar el “nosotros” de la sociedad. 

Dentro de esta cuestión, Lucy Mair nos plantea que “La sociología serán en tal caso, el estudio de la sociedad, y la antropología social, una rama de este estudio” (Mair, 1976)[11]. Por otro lado, el autor Juan Maestre plantea “Para los europeos, sobre todo para los franceses y, algo menos, para los alemanes, el termino antropología ha recogido durante mucho tiempo, sin vacilaciones, la idea que anteriormente hemos descripto como campo de antropología física. Siendo la etnología o la sociología las disciplinas que se dedicaban a los aspectos que hemos referido como propios de la antropología social y la antropología cultural” (Alfonso, 1983). Lucy Mair plantea “Muchos antropólogos sociales definirán hoy su materia como una rama de la sociología. Radcliffe - Brown la denomino sociología comparada, para indicar que, al igual que los sociólogos teóricos, andamos en busca de generalizaciones sobre todos los tipos de sociedad humana” (Mair, 1976).

El autor Juan Maestre plantea como ejemplo al tema en discusión que “En los Estados Unidos, dentro del proceso de consolidación de las ciencias sociales, se fue dando cada vez más importancia al concepto de cultura, y ya a principios de este siglo había aparecido la antropología cultural con un carácter hegemónico sobre otras ciencias sociales;  hegemonía que aún perdura a pesar de los avances arrolladores, primero de la psicología social y después de la sociología. Es frecuente ver como muchos departamentos de las universidades norteamericanas lo son de antropología y sociología” (Alfonso, 1983).

Para darle una posible conclusión a esta discusión, que se ha presentado en este ensayo, sobre la delimitación de la antropología social y cultural y la sociología; tendíamos que plantear que el origen histórico de ambas disciplinas, nos pueden dar una primera pista; por ejemplo el de la socióloga, a lo cual podríamos agregar que fue típicamente una ciencia que estudió sociedades occidentales, europeas; mientras que la antropología estudiaba las supuestas sociedades "primitivas"[12]. Esta primera pista, nos remite a una segunda cuestión; y es que mientras que los sociólogos se dedicaban a basarse en datos cualitativos (mortandad, nacimientos, densidad de población etc.); los antropólogos usaban datos más cualitativos, provenientes de sus observaciones en el campo (a esto llamamos observación participante)[13]. Pero hoy por hoy, como no lo muestra  Lucy Mair “El campo de la antropología social es en la actualidad tan extensa que son pocos los que pueden esperar convertirse en expertos simultáneamente en él y en cualquier otra de las ramas de la antropología en sentido más amplio” (Mair, 1976). Tendríamos que decir, con respecto a lo planteado por Lucy Mair, que las diferencias entre antropología social y cultural, son tan difusas; que sociólogos y antropólogos sociales potencialmente pueden realizar el mismo trabajo y con el mismo método.

Hemos visto algunas de las cuestiones de la antropología; desde la antropología física y desde la antropología cultural. Planteando que nuestro interés de análisis en este ensayo, es profundizar sobre la antropología social y cultural. Después de haber conocido algunas de las nociones de antropología social y cultural, y algunos de sus campos de interés y de complejidad; pasaremos a dar una mirada somera, sobre los conceptos empleados por la antropología social y cultural, estos son, para el interés de este ensayo “cultura, grupos étnicos e identidad”; para así pasar, en una última instancia a mirar unas posibles conclusiones. 

La importancia de la cultura dentro de la antropología social y cultural, la describe el autor Fabregat, citando a Kluckhohn, quien plantea “Como ha dicho Kluckhohn (1949,30) el concepto de cultura constituye, para la antropología, una categoría de importancia semejante al que ha tenido, y tiene, el de evolución en las ciencias biológicas (Fabregat, 1984). La autora Lucy Mair planteando lo siguiente, con respecto al interés de los antropólogos de estudiar la cultura “Unos cuantos antropólogos de Gran Bretaña y muchos norteamericanos se denominan a sí mismos antropólogos culturales y afirman que su interés primordial reside en la cultura” (Mair, 1976).

Fabregat plantea que la importancia de la cultura reside, además, en el hecho de que se trata de una categoría empíricamente demostrable y explicable. Plantea que es demostrable porque refiere a los actos y a los pensamientos de los hombres, y es explicable porque su sentido y significación está presente en las finalidades y en las funciones del comportamiento social[14]. En la siguiente cita este autor, plantea la importante posición que ocupa el concepto de cultura dentro de la antropología:

El concepto de cultura ocupa una posición central dentro de la teoría antropológica: las monografías de campo del antropólogo cultural y sus modelos de investigación tienen como categoría común el concepto de cultura. Asimismo los materiales o los datos que sirven para fundamentar una teoría del comportamiento humano arranca, fundamentalmente, del concepto de cultura visto como el único contenido que puede explicar objetivamente las formas de acción del hombre (Fabregat, 1984).

Ruggeberg plantea que la palabra cultura todavía recuerda en su raíz semántica los dos momentos que la definen históricamente: el cultivo y el culto. La cultura, de acuerdo con la memoria histórica de la palabra, está relacionada con el desarrollo, es decir, la recreación humana de la naturaleza, y con lo sagrado. Continuando con exposición, el autor plantea que la recreación de la naturaleza supone, al mismo tiempo, los dos significados que conserva esta palabra: el de la reproducción de la naturaleza a través de la intervención humana, y su goce en el  medio de esta actividad. El culto, el sentimiento de lo sagrado, supone igualmente dos momentos. Se trata, por una parte, de la veneración, del respeto temeroso o de la fascinación sorprendida, es decir, aquello que define el sentimiento religioso en su figura clásica y, para nosotros, originaria (Ruggeberg, 1984).

Se plantea la importancia de la cultura, en la antropología, de la siguiente forma según Malinowski “Esta herencia social es el concepto clave de la antropología cultural, la otra rama del estudio comparativo del hombre. Normalmente se la denomina cultura en la moderna antropología y en las ciencias sociales. La cultura incluye los artefactos, bienes, procedimientos técnicos, ideas, hábitos y valores heredades. La organización social no puede comprenderse verdaderamente excepto como una parte de la cultura. ”B. Malinowski (1931)

El concepto de cultura es una categoría fundamental de los estudios sociales. Sin embargo, no ha existido ni existe una única definición, sino un gran número de definiciones diferentes, más amplias o más restringidas, según la orientación teórica de cada uno de los autores. A continuación, se realiza una panorámica, de las distintas concepciones de cultura, desde los planteamientos de algunos antropólogos, en tiempos y espacios distintos, que ayudan a entender mucho más lo que significa el complejo concepto de cultura.

Maurice Freedman plantea que como se ha visto la cultura alude al cuerpo de tradiciones socialmente adquiridas que aparecen en forma rudimentaria entre los mamíferos, especialmente los primates[15], abarcando de esta manera al ser humano como un animal descendiente de los primates y poseedor de un cuerpo de tradiciones socialmente adquiridas; o sea que nos plantea una cultura animal, ya mencionada anteriormente e este ensayo, citando a Phillip Kottak.

Maurice Freedman Plantea que “Cuando los antropólogos hablan de cultura humana normalmente se refieren al estilo de vida total, socialmente adquirido, de un grupo de personas, que incluye modos pautados y recurrentes de pensar, sentir y actuar” (Freedman, 1978). Por su parte la antropóloga Nancy Motta, plantea su concepción de cultura, la cual entiende como “la cultura son estructuras de significación, son sistemas de símbolos inteligibles al grupo social, a la etnia, en las cuales hombres y mujeres dan forma a su experiencia” (Motta, 1999). Motta nos plantea una concepción de cultura, remitiéndose a las estructuras de significación y a lo simbólico. 

La autora Lucy Mair, plantea, citando a Tylor, quien describe la cultura como (ese todo complejo que comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, la ley, la costumbre y otras facultades y hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembro de una sociedad[16] (Mair, 1976). [17] esta autora plantea de alguna manera una crítica con respecto al planteamiento de Tylor, ella plantea que “esta definición –que es en realidad una enumeración- se ha comprimido a veces en la afirmación de que la cultura comprende toda clase de comportamiento aprendido; en la práctica suele decirse que el rasgo distintivo  del estudio de la cultura es que se ocupa de las costumbres y de los (modos)” (Mair, 1976). Y plantea que se debe entender por cultura “La posesión común de un conjunto étnico que comparte las mismas tradiciones, en un conjunto tal es, en términos sociales, una sociedad” (Mair, 1976).

El autor White, plantea a la cultura como  “Una realidad instrumental que ha aparecido para satisfacer las necesidades del hombre que sobrepasan la adaptación al medio ambiente” (White, 1959). Pero también aclara que “La cultura en uno u otro sentido del término, se aprende y constituye un cuerpo de tradiciones dentro de cualquier sociedad. Sus modernos exponentes están de acuerdo, además, en que todas las culturas son muy complejas, incluso entre los pueblos cuyas tecnologías parecen muy similares para los niveles industriales occidentales” (White, 1959). Siguiendo con las concepciones de la cultura, el autor Fabregat plantea que hay tres tipos de cultura; “La cultura material, escrita y oral, única evidencia disponible, constituye la muestra objetiva de formas de vida que en lo que refiere a ciertas formas sociales y a rasgos de la experiencia espiritual, pueden ser inducidas mediante interpretaciones de los restos de esta cultura material y de comparaciones etnográficas relativas a formas culturales equivalentes (Fabregat, 1984)

Fabregat plantea que la cultura es la forma misma de ser de las relaciones y las ideas y conceptos que regulan el funcionamiento de aquel, individual y colectivamente, en formas de acción, transmitidas por el proceso de socialización y creadas por transformación o invención, cuya cualidad más significativa es la de ser básicamente homogénea. (Fabregat, 1984). Y asegura que “Definimos como cultura sobre todo, el modo común de pensar organizado de los individuos de una sociedad en orden a producir actividades sociales coherentes, tanto de acción material como de acción espiritual” (Fabregat, 1984). Y plantea que hay dos formas de producir cultura, sea esta de forma material y espiritual derivada de lo que designamos con el nombre de pensar organizado, cuyas características son peculiares a cada forma de adaptación étnica, y por lo tanto, se explican en función de relaciones sociales integradas en el espacio y en el tiempo (Fabregat, 1984).

El autor Franz Boas, plantea lo siguiente “La cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales de una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se ven afectadas por las costumbres del grupo en que vive, y los productos de las actividades humanas en la medida en que se ven determinadas por dichas costumbres. “Franz Boas (1930). El autor W. H. Goodenough, plantea que “La cultura de una sociedad consiste en todo aquello que conoce o cree con el fin de operar de una manera aceptable sobre sus miembros. La cultura no es un fenómeno material: no consiste en cosas, gente, conductas o emociones. Es más bien una organización de todo eso. Es la forma de las cosas que la gente tiene en su mente, sus modelos de percibirlas, de relacionarlas o de interpretarlas” W.H. Goodenough (1957).

El autor Clifford Geertz, plantea que “La cultura se comprende mejor no como complejos de esquemas concretos de conducta—costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hábitos--, como ha ocurrido en general hasta ahora, sino como una serie de mecanismos de control—planes, recetas, fórmulas, reglas, instrucciones (lo que los ingenieros de computación llaman “programas”)—que gobiernan la conducta.” Clifford Geertz (1966). Por otro lado el autor M. Harris plantea que “La cultura alude al cuerpo de tradiciones socialmente adquiridas que aparecen de forma rudimentaria entre los mamíferos, especialmente entre los primates. Cuando los antropólogos hablan de una cultura humana normalmente se refieren al estilo de vida total, socialmente adquirido, de un grupo de personas, que incluye los modos pautados y recurrentes de pensar, sentir y actuar. ”M. Harris (1981). Y por último el autor Anthony Giddens plantea que “Cultura se refiere a los valores que comparten los miembros de un grupo dado, a las normas que pactan y a los bienes materiales que producen. Los valores son ideales abstractos, mientras que las normas son principios definidos o reglas que las personas deben cumplir. “Anthony Giddens (1989).

Según Fabregat, y tomándolo como referencia para una posible conclusión sobre el concepto de cultura, plantea que el concepto de cultura, encierra, como vemos, un ámbito de acción referido a lo material y a lo espiritual. El primero alude a los productos que resultan de la aplicación del pensar organizado, verbigracia, la vivienda, el equipo doméstico, el vestido, la tecnología relativa a la producción de alimentos, las armas, los monumentos, y otro de aquello que constituyen artefactos, expresan un efecto del pensar implícito en la producción material vista como un instrumento de la supervivencia y del vivir de los hombres[18].

El autor Fabregat, plantea que el segundo refiere a las ideas, valores, orientaciones de la personalidad, concepción del mundo, y en definitiva, al conjunto de sistemas del pensamiento que regulan las relaciones sociales, por una parte, y que dan significado, por otra, al comportamiento individual y colectivo, al mismo tiempo que explican y racionalizan, en forma coherente, este comportamiento (Fabregat, 1984). En última instancia plantea que “Puede afirmarse, entonces, que la cultura constituye un rasgo universal y común en todos los hombres, sin embargo de lo cual cada cultura es un proceso peculiar o sui generis, por cuanto que sus contenidos o partes sustanciales de los mismos varían de sociedad en sociedad (Fabregat, 1984)[19].

Después de haber abarcado groso modo el concepto de cultura, pasaremos a darle una mirada desde la antropología social y cultural, al concepto de identidad. Para la antropóloga Nancy Motta Gonzales, la identidad está ligada a un lugar. El lugar está pasando igualmente en términos de lo local y lo cotidiano; y participa además de otra cualidad: la diversidad. El sentido de pertenencia e identidad de un grupo humano, denominado étnica (y al conglomerado grupo étnicos), se inscribe en un territorio que es ordenado y organizado en función de sus intereses y de sus valores. Y nos plantea que cada entidad espacial constituye un elemento especifico cuya lógica expresa identidad (Motta, 1999).

Siguiendo con la posición de la antropóloga Motta, los autores Silva y Koonings, plantea, la identidad con relación a la etnicidad, de la siguiente forma “Recordemos que el enfoque primordialista plantea que la etnicidad es un atributo fijo de colectividades sociales, que se basa en raíces históricoculturales muy profundas que se imponen sobre la colectividad, pasando a determinar de esta manera la identidad cultural de cada uno de sus miembros” (Silva, 1999).

En una concepción más centrada en la identidad, el autor Ruway, plantea que la identidad es el sentido de pertenencia e "igualdad" de un grupo social donde se comparte rasgos culturales, como costumbres, valores y creencias; se alimentan continuamente de la influencia endógena y exógena; en este sentido hace referencia a la mismísima y a la continuidad de "algo", en contraposición a la "variedad". A la vez plantea que la identidad es el resultado que surge como respuesta a las necesidades singulares de cada sociedad, de cada grupo social, estas repuestas van tejiendo los actores sociales, que en cada caso estructurará un modo de vida individual y colectivo; entonces la identidad es un conjunto de rasgos que caracterizan a un grupo social, frente al "otro", formando una unidad entre la cultura e identidad (Ruway, 2007).

Ruway, citando a Larraín, plantea que la identidad es un proceso de construcción en la que los individuos se van diferenciando así mismo en estrecha relación simbólica con otras personas" Larraín (2003:7). Esta formación obedece a una construcción ideológica y cultural, permitiendo direccionar el horizonte en sus distintas aspiraciones e intereses frente al "otro" dentro de su legitimación y reconocimiento (Ruway, 2007). Continuando con la idea de Ruway, y planteando la siguiente cita como breve conclusión a la mirada desde la antropología social y cultural de la identidad, se plantea que:

La identidad es ser reconocido y reconocerse por sus cualidades propias, estar bien con los de más, tiene que ver mucho entre "yo" y "nosotros", ésta relación asume una dinámica de unidad; si hablamos de identidad colectiva o sea de (nosotros) no podríamos dejar aislado la identidad individual (yo) estos hechos poseen una raíz en el proceso de socialización; puesto que obedece a la construcción social, cultural e ideológico, en ésta construcción interviene del pasado histórico y relaciones intersubjetivas, en la configuración participan la lengua como medio de socialización, bajo algunos elementos integradores como las organizaciones sociales, comunidad, la religión, entonces la identidad tiene una estructura subjetiva y por lo tanto, es producto de la red de relaciones sociales e ideológicas (Ruway, 2007).

Continuando con la propuesta estructural de este ensayo, seguimos con las concepciones de Grupos Étnicos. En primera instancia, tendríamos que plantear, siguiendo a Koonings y a Silva; que la palabra grupo tiene un significado especial en el lenguaje de los antropólogos sociales. Eso significa, como en el habla cotidiana, un conjunto cualquiera de personas. No significa, como en el habla cotidiana, un conjunto cualquiera de personas. Plantean que significa un conjunto o cuerpo social con existencia permanente, un conjunto de personas reunidas de acuerdo con principios reconocidos que tienen intereses y  normas comunes, las cuales fijan los derechos y obligaciones de los miembros del grupo en su relación mutua y en relación con dichos intereses (Silva, 1999)[20]. Barth, con relación a la concepción de grupos étnicos plantea lo siguiente:

El término grupo étnico es utilizado generalmente en la literatura antropológica (cf., por ej., Narroll, 1964) para designar una comunidad que:
En gran medida se autoperpetúa biológicamente.
Comparte valores culturales fundamentales realizados con unidad manifiesta en formas culturales.
Integra un campo de comunicación e interacción.
Cuenta con unos miembros que se identifican a sí mismos y con identificados por otros y que constituyen una categoría distinguible de otras categorías del mismo orden (Barth, 1978).

Barth plantea que tal formulación nos impide comprender el fenómeno de los grupos étnicos y su lugar en las sociedades y culturas humanas. Y plantea que esto se debe a que incurre en una petición de todos los principios, pues cuando se propone aportar un modelo típico ideal de una forma empírica recurrente, ya está presuponiendo una opinión preconcebida de cuáles son los factores significativos en la génesis, estructura y función de estos grupos (Barth, 1978)[21].

Lucy Mair, con respecto a los grupos asociados, plantea que los intereses comunes pueden denominarse intereses de propiedad, si se da al concepto de propiedad una definición muy amplia. Según lo expreso recientemente Leach, puede incluir “no solo bienes materiales y derechos sobre la tierra, sino también derechos sobre personas, títulos, cargos, nombres, rituales, formas de magia, técnicas, canciones, danzas…, etcétera, etc.”. En muchas sociedades simples los “grupos asociados (grupos corporativos) más importantes constan de personas vinculadas por la descendencia (Mair, 1976).

Mair nos plantea que no es fácil reconocer el carácter de “grupos asociados” de un grupo de descendencia. Pero existen agregados de individuos que tienen algo en común que no acaba, sin embargo, de bastar para que afirmemos que constituyen “grupos asociados”. De lo que aquí se trata es de cierto tipo de comunidad de sentimiento o interés, algo más que una característica común que perciben los extraños. Los individuos que han emigrado de un mismo país a otro, se distinguen de la población nativa y son conscientes de ello. A veces se les denomina grupos étnicos, aunque no constituye sin duda un “grupo asociado” (Mair, 1976).

Cuando hablamos de grupos étnicos, es necesario incorporar la concepción de etnicidad, entendida esta, siguiendo los aportes conceptuales de Silva, quién plantea que la etnicidad se refiere específicamente a la identificación de una colectividad social a partir de antecedentes históricos, la existencia de un pasado común, la identificación con un territorio, el uso de un mismo idioma, junto a otros elementos culturales y simbólicos compartidos por los miembros de esta colectividad (Schermerhorn, 1970; Smith, 1986) (Silva, 1999). Y aclara que la construcción étnica hace de los grupos étnicos un fenómeno dinámico pues estos surgen, desaparecen, se renuevan y se transforman en el tiempo. Además, dicha construcción refleja cambios más profundos en la constitución social de la posición relativa de individuos y grupos (Silva, 1999).

El autor Bari cita a Max Weber, quien se refiere a  grupos étnicos, y sostiene que es necesario subrayar algunas cuestiones que hacen al propósito de "desnaturalizar" las clasificaciones que se trazan respecto a tales unidades. Weber considera en primer lugar, que el grupo étnico es una construcción social cuya existencia es siempre problemática. En segundo lugar, se opone a los abordajes que hacen del aislamiento geográfico y social la base de la diversidad étnica. En tercer lugar, reconoce que la identidad de un grupo étnico se da en la comunicación de las diferencias, de las cuales los individuos se apropian para establecer fronteras étnicas. Postulando que, es la relación entre estos tres fenómenos y no su distinción lo que puede ofrecer al investigador una explicación sobre los procesos de constitución y permanencia de los grupos étnicos. El autor plantea que aunque este sea un enfoque dinámico en la definición de grupo étnico, pensamos que no es suficiente la relación de estas tres consideraciones para abarcar el fenómeno, pues no se considera la dimensión de dominación y sujeción que daría cuenta, como elemento determinante, del proceso histórico de la interacción entre grupos hegemónicos y minoritarios (Bari, 2002).

El autor Bari, citando a Weber y a Barth, afirma que los grupos étnicos no se distinguen uno de otro a partir de un cuerpo cerrado y particular de aspectos culturales, sino que, por el contrario, estos aspectos se movilizan, se desplazan, se marcan o se retraen en situaciones de relaciones de interacción. Es por esto, que entiende, que la historia de la cultura de un grupo étnico, aunque no se puede conocer independientemente de lo anterior, tiene un devenir propio, rasgos o aspectos que no se desarrollan en forma acumulativa sino cualitativa que provocan la variación y la inversión de los rasgos, que pueden permanecer en lo visible o en lo oculto. No es una exposición permanente de rasgos culturales.

Bari plantea que por esto se desprende, que un conjunto total de rasgos culturales no permite la distinción entre un grupo y otro, porque la variación cultural no autoriza por sí misma comprender el trazado de los límites étnicos. (Barth, F.; 1976: 45) Creemos, sin embargo, que el esfuerzo, teóricamente importante de Barth de desnaturalizar el concepto de grupo étnico, se detiene en la categoría que establece de frontera étnica, pues se puede entender que para este autor las estrategias étnicas individuales son modificadas en fronteras de interacción simétricas. Este autor plantea que estas permanecen como un campo neutro de las múltiples ofertas de rótulos que cada uno tiene para elegir (Bari, 2002).

Este ensayo, “Desde la Antropología Social y Cultural: Una Mirada a la Cultura, los Grupos Étnicos y la Identidad”. Nos ha permitido estudiar la antropología, desde la física hasta la social y cultural, de mayor interés para el objetivo de este ensayo y su planteamiento inicial. Comprender todo lo relacionado con la antropología física, y centrarnos en el tema de la relación entre primate y ser humano. Además centrar nuestro interés en la antropología social y cultural, la cual nos permitió estudiar de alguna manera la antropología, la cual plantea para mi concepción una temática muy interesante.

La realización de este ensayo ha dejado en mi persona, mucha reflexiones y nuevos conocimientos, entendiendo la importancia de la otredad, del reconocimiento del otro, ese otro que en muchas ocasiones juzgamos sin antes comprender en realidad cuales son los fenómenos sociales que lo aquejan, la antropología nos invita a ponernos en los zapatos de otros y nos recalca la importancia de la diversidad, de las diversas culturas que como lo hemos planteado anteriormente, comprende tanto lo material, como lo espiritual. Acerca de la llamada “ciencia del hombre”, de la cual no tenía el verdadero reconocimiento y el verdadero acercamiento. La antropología deja en mi persona un marasmo de cuestiones, desde las concepciones de cultura, de identidad y de grupos sociales, y asociados a estos una gran cantidad de conceptos más, que ayudan a darle relevancia a la antropología. Siguiendo a la antropóloga Nancy Motta, es necesario plantear que “Antropología y transdisciplinariedad, como única forma de hibridización posmoderna, debería tejer nuevos hilos teóricos; para dar cuenta de cómo producir y concebir la naturaleza, como nuevo proyecto de desarrollo global. Ese el nuevo reto” (Motta, 1999).


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[1] Philip Lucy Mair (28 enero 1901-1 abril 1986) fue una antropóloga británica. Lucy Mair  escribió sobre el tema de la organización social, y contribuyó a la participación de la investigación antropológica en el gobierno y la política (Cambridge, 2008)
[2] Nancy Motta González, antropóloga de la Universidad del Cauca. Magister en Desarrollo Rural de la Pontificia Universidad Javeriana.
[3] Conrad Phillip Kottak (nacido el 06 de octubre 1942 en Atlanta, Georgia) es un antropólogo americano. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Columbia.
[4] (Kottak C. P., 1996)
[5] “El relativismo cultural argumenta que el comportamiento en una cultura particular no debe ser juzgada con los patrones de otra. Esta posición también puede provocar problemas, llevando al extremo el relativismo cultural arguye que no hay una moralidad superior, internacional o universal, que las reglas éticas y morales de todas las culturas merecen igual respeto. Desde el punto de vista del relativismo extremo, la Alemania nazi se valora tan neutralmente como la Grecia clásica. El relativismo cultural es la actividad en donde se analiza el mundo de acuerdo con los parámetros propios de cada cultura. Niega cualquier valoración absolutista moral o ética de los mismos” (Kottak P. , 2006).
[6] “La estructura del pensamiento muisca tiene como base fundamental sus propias relaciones económicas, sociales, políticas y culturales construidas históricamente” (Castaño, 1992 )
[7] “La division de la antropologia hecha por Angel Palerm tiene el gran acierto de ser bastante expresiva y de darnos, a traves de su multiple clasificacion, una descripcion bastante correcta del contenido de la Antropologia en general y en sus diversas ramas. Sin embargo, presenta el defecto de poder hacer incurrir en alguna confusión en cuanto al campo y objeto de los diversos temas incluidos en su segunda division: la de antropologia cultural” (Alfonso, 1983).
[8] (Antrópologo, 2008).
[9] “Como lo plantea Leonor Herrera “En Calima por ejemplo, la primera cultura cerámica, denominada Ilama, ocupa el último milenio anterior al comienzo de la era cristiana. Los recipientes cotidianos y rituales de este periodo de fina factura y cuidadosa decoración, están modelados en diversidad de representaciones naturalistas que permiten tener una idea sobre diversos aspectos de la vida de esta gente: su apariencia física y atuendo, la forma de sus viviendas y poblados, así como la importancia de ciertas especies animales” (Herrera, 1992).
[10] “Las imágenes pintadas o grabadas fueron adquiriendo un carácter simbólico ligadas a las condiciones del medio ambiente, de la religión y la sociedad; por lo tanto los signos o ideogramas (que indican cosas o abstracciones)no fueron hechos como un ejercicio de infantilismo o expresiones del azar” (Contreras, 1992).
[11] Sin embargo, en gran bretaña ha sido más usual la utilización del termino antropología social, que desde el punto de vista disciplinar fue considerada en un principio como una especie de rama de la sociologia dedicada al estudio de las sociedades primitivas” (Alfonso, 1983).

[12] “Hubo un tiempo en que se estimaba que el adecuado objeto de nuestro interés eran la sociedades “primitivas” o “simples”. Pero también estos adjetivos reclaman definición; en la actualidad se está de acuerdo, por lo general, en que se refieren a la tecnología del pueblo en cuestión” (Mair, 1976).   
[13] (Morales, 2005)
[14] (Fabregat, 1984)
[15] (Freedman, 1978)
[16] “La cultura incluye los artefactos, bienes, procedimientos técnicos, ideas hábitos y valores heredado” (Malinowski, 1931)
[17] “si es cierto que Tylor con su reconocida definición de cultura supo dar respuesta a inquietudes de los antropólogos de sus época y esta es actualmente utilizada de forma instrumental, no lo es menos que para las llamadas ciencias sociales su definió resulta hoy escasamente operativa” (Martorell, 1984).
[18] (Fabregat, 1984)
[19] La cultura debe ser entendida como la práctica social de un grupo humano que implica una concepción témporo-espacial precisable. Esta definición supone “una forma de describir la conducta humana” (Barth, F. 1976, p. 9) y precisa para ser operativa una aclaración de cada uno de los términos que la componen  (Martorell, 1984)[19].   

[20] Los grupos étnicos son categorías de adscripción e identificación que son utilizadas por los actores mismos y tienen, por tanto, la característica de organizar interacción entre los individuos (Barth, 1978).   
[21] Según ello, esta historia ha producido un mundo de pueblos separados con sus respectivas culturas y organizados en una sociedad que, legítimamente, puede ser aislada para su descripción como si fuese una isla (Barth, 1978).