JONATHAN
RODRÍGUEZ CAMACHO
Mi
nombre es Jonathan Rodríguez Camacho; nací en el país del señor de los milagros
Colombia, en la creciente, caótica, confusa y congestionada sucursal del cielo,
ciudad de Santiago de Cali. Nazco en el Seguro Social de la Uribe, el día lunes
16 de enero del año 1995. Hoy por hoy, año 2014; han pasado 19 años desde mi
nacimiento y creo que no conozco aun esta ciudad en su totalidad.
Además
la ciudad en 19 años se ha transformado de una manera impresionante; como lo
expresa el sociólogo Maurice Halbwachs, quien realiza un estudio morfológico de
la ciudad de Chicago, tratando de mostrar de alguna manera como se gestaban
algunas de las transformaciones que se daban en dicho espacio “el progreso de
la ciudad ha sido de una rapidez sin parangón” (Halbwachs, 2008).
Después
de unos cuantos días en el Seguro Social de la Uribe como primer espacio
ocupado por mi cuerpo, de tan solo unos pocos días de nacido, es una sala de
incubadoras; con una gran cantidad de niños a mí alrededor, inicio mi proceso
de socialización. Después de que me dieron salida del seguro social de la
Uribe; me enfrento con el mundo exterior, hasta el momento desconocido para mí,
y empiezo a conocer y vivir todos los olores, colores, texturas, formas y
sensaciones que me proporciona la sociedad de una ciudad tan grande como lo es
Santiago de Cali.
Mi
propósito en este trabajo se centra en describir las cinco paradojas que en la
actualidad vive la ciudad; las cuales son necesarias de identificar y
comprender, para entender el funcionamiento, las representaciones y los
símbolos; que se expresan en la ciudad. Tratando de narrar e ilustrar un
recorrido por la ciudad de Cali, que visibilice las cinco
paradojas.
Se
preguntaran él porque del título “Entre la tarde y la noche: Biocartografía de
un recorrido”; creo que el titulo nace de mi disponibilidad de tiempo en las
horas de la tarde y la noche; como estudiante de una carrera nocturna, pues es
el momento en que tengo la posibilidad de recorrer la ciudad, claro está no en
su totalidad, pero si una parte de ella; en donde se hacen visibles las
paradojas. Y la biocartografía de un recorrido en el sentido en que esta
involucra las vivencias, experiencias, sentimientos y demás subjetividades,
relacionadas con el espacio y lo que este transmite, a lo largo del
recorrido.
Mi
recorrido, se realiza, el día miércoles 19 de marzo del año 2014. El recorrido
lo realizo en bicicleta, debido a los problemas de movilidad que presenta la
ciudad; parto de mi casa ubicada en el barrio San Judas, en la calle 23 con
carrera 46, a las 4:30 de la tarde; subiendo en sentido norte-sur por toda la
calle 23, hasta la carrera 100, donde está ubicada la Universidad del Valle; y
me devuelvo, en horas de la noche a eso de las 9:00; en sentido sur-norte, por
la calle 16, hasta la carrera 46, donde está ubicada mi
casa.
I paradoja:
seguridad - insegura
Es
una de esas tardes caleñas, de vientos refrescantes que acarician la piel
de los caleños y sus visitantes; que estremecen los árboles y alborotan las
lindas cabelleras y porque no las faldas de las hermosas mujeres caleñas; las
cuales al igual que los hombres caminan en esta tarde, por la calle debido a
las protestas de los conductores de buses tradicionales de la ciudad; los
cuales están indignados y a esta indignación nos unimos todos; por los abusos
de poder de nuestros dirigentes y por el negocio “monopolio” en que se
convirtió el transporte público de esta ciudad.
Continuando
un poco con nuestro tema de interés; vientos que inspiran a poetas y cantantes,
las más lindas letras y melodías compuestas a esta ciudad; la cual ha abierto
sus brazos y me ha acogido, durante 19 años. Creo que la belleza de la ciudad
está escondida en el carisma y entusiasmo de sus personas y de sus lugares,
buenos o malos no es lo importante, lo esencial es lo que transmiten.
El
viento se cuela por las montañas y refrescan a sus habitantes, en estas tardes
calurosas de protesta; esta es la tierra que me vio nacer. Comienzo pues a
describir y a visibilizar la primera paradoja “seguridad-insegura”; para darle
desarrollo a esta paradoja, presentare fotografías de los lugares en donde esta
se hace visible.
Como
ya lo he mencionado este miércoles 19 de marzo, es un día caótico en la ciudad;
y se presentó una anomalía en ella debido al paro; con esto quiero decir que no
fue un día normal para muchos de los caleños. En la primera imagen que se
muestra se ve como la unidad residencial, está ubicada al sur de la ciudad en
el barrio la Hacienda; en esta y en muchas del sector, se usan mecanismos de
seguridad, tales como cercas eléctricas con voltaje, cercas vivas, cámaras de
seguridad y personal de vigilancia durante todo el día; visibles en la
arquitectura de este lugar; que buscando evitar y aislar la inseguridad que se
presenta en la ciudad. Pues se conoce que la ciudad de Cali hoy en día esta
figurando como la ciudad más violenta y peligrosa de Colombia, y la cuarta
ciudad más violenta del Mundo[1].
Este
es un tipo pues de seguridad-insegura, donde las personas ponen toda su
confianza en las rejas y muros, y es solo de esta manera que las personas
sienten que pueden mermar la inseguridad que acecha la ciudad diariamente. Esto
no solamente se ve en algunas zonas o espacios residenciales de la ciudad, sino
en todo tipo de barrio, en donde se hacen encierros o se instalan alarmas
comunitarias.
Claro
esta estos mecanismos de seguridad, costosos por cierto, no se pueden emplear
en todos los barrios de la ciudad y mucho menos en todas las casas. Se puede
ver en la segunda imagen que se emplean mecanismos de seguridad un poco más
sencillos y económicos como lo son las rejas, la mayoría de las casas de la
ciudad de Santiago de Cali tienen rejas; por no decir que todas. Algo curioso
en las rejas de esta casa son los bordes con filos; los cuales están creados
para hacer daño, en el momento en que quisiese entrar un extraño en la
propiedad. Esta segunda imagen fue tomada en horas de la noche, por cierto una
noche bien iluminada por la luna.
Las
rejas delimitan pues de alguna manera el espacio de pertenencia y de privacidad
de la vivienda, pues si una persona irrumpe el jardín encerrado de una vivienda
ya está en un lugar que no es público y si se encuentra sin autorización del
dueño de la vivienda puede colocar al habitante inmediatamente en estado de
alerta y el otro se convierte en persona no grata.
Si
analizamos bien la situación, el problema de la cuestión esta no solo en los
perversos mecanismos empleados por nuestros gobernantes, como mayor vigilancia,
mayores represiones, grandes capturas y demás; el problema está en
la educación de los jóvenes, en la falta de oportunidades, tanto académicas
como laborales; esta ciudad no necesita ni más políticos, ni más policías, ni
más militares corruptos, esta ciudad necesita de más oportunidades para los
jóvenes, mas integración, más espacios de acercamiento de la
sociedad.
Así,
el pie de fuerza haya aumentado como lo plantean nuestros gobernantes; en estos
lugares en cualquier día de la semana no se encontrará a un policía vigilando
esta calle. Tenemos aquí pues este tipo de paradoja, en el que los medios de
protección son la seguridad de un lugar que emana inseguridad. Y en donde la
presencia de la seguridad del Estado está ausente.
II paradoja:
Tolerancia represiva
A
lo largo del recorrido se puede sentir, percibir, oler, experimentar, casi que
palpar y saborear todas las distintas formas, representaciones o símbolos que
nos transmite la ciudad; y más aún una ciudad como esta, tan diversa, tan
diferente y llena de tantas dificultades. Estas representaciones hacen que uno
se sienta parte de un algo y esa es la función de las ciudades, generar en las
personas el sentido de pertenencia.
Surge
entonces la pregunta ¿Qué es ser caleño?; a la cual contestaría, ser caleño es
vivir el día a día, es sentir el viento de la tarde, es saborear cada uno de
los platos típico de nuestra región, el arroz atollado, el champús, el tamal
valluno, el sancocho de gallina que originalmente era de pescado, sentir la
empanada valluna, el manjar blanco, las brevas, la fritanga de casi todas las
esquinas de nuestra ciudad y una gran cantidad de platos que nos identifican
como pertenecientes a un algo. Con esto no quiero ufanarme con un sentido de
patriotismo, pero si mostrar que aquí hay un algo que rescatar de esta ciudad
caótica y es su gente, que reclama oportunidades a un gobierno déspota.
La
ciudad de Cali es un punto de concentración, es un lugar central, podríamos
decir es un cruce de caminos, lo cual posibilita que la cultura, la
gastronomía, la vestimenta, la forma de hablar, de expresarse, de sentir del
caleño; sea una cuestión tan rica y tan nutrida por la diversidad cultural que
se encuentra en esta ciudad. La ciudad es una mezcla étnica y cultural; con
raíces del pacífico, raíces antioqueñas, raíces del valluno propio, raíces
indígenas del cauca y de Nariño, además sin contar los extranjeros que se han
visto interesados en esta ciudad; esta es una tierra rica cultural y
socialmente.
La
segunda paradoja, denominada “Tolerancia-Represiva”, nos señala el miedo al
otro, al extraño, a lo anormal; la distancia existencial de las personas, y el
orden territorial; la ciudad como ese lugar de esto se ve reflejado o
representado en las formas que nos muestra la ciudad. Estas
“Tolerancia-represiva” fueron observadas durante el recorrido; como lo refleja
a continuación las siguientes fotos.
Tanto
en la primera como en la segunda de estas imágenes, no sabría bien si es por
instinto, lo cual sonaría un poco “positivista” o si es por el miedo, apatía o
repelencia que le tenemos al otro que por lo general nos alejamos; nos
individualizamos, nos volvemos individuos; esto lo que nos representa es que
está bien, que lo aceptamos al “otro”; pero que no nos toque, porque si nos
toca estaría agrediendo ese espacio íntimo.
Se
logra visibilizar en las fotos, que las personas en las calles, suelen guardar
una distancia los unos de los otros; siempre y cuando no se conozcan o no
tengan algún parentesco o relación. Se guarda una distancia, por una cierta
desconfianza con las personas que tenemos alrededor, siempre se intenta caminar
separados del otro y si necesita pasar por el lado, se hace con rapidez,
evitando el contacto con el otro. En la siguiente imagen:
En
la primera imagen, la que se encuentra en la parte izquierda, es palpable la
tolerancia represiva, en tanto que este hombre “habitante de calle” se
encuentra descansando en el andén de la calle, descansando su cuerpo sobre este
muro y esta reja; en las que habitan unas personas que toleran a este hombre,
pero no permiten que traspase de este lugar; es como si lo aceptan, pero de
lejos. En esta medida logro ver la tolerancia represiva en este lugar.
En
la foto que se encuentra a la derecha miramos la tolerancia-represiva desde el
punto de vista del clasicismo, donde se puede observar a un hombre
disfrazado del Chavo del Ocho; haciendo malabares, tratando de entretener
un público para así poderse ganarse algunas monedas. Las personas que se
encuentran al otro lado del escenario del artista el “semáforo”, son personas
quizás con una mejor condición social que este Chavo.
Es
claro entonces la diferencia de clases que se puede observar en un semáforo,
desde la persona que se encuentra en un carro lujoso, como el taxista que
labora llevando pasajeros, los motociclistas y el ciclistas; quienes por el
afán de sus vidas, llegan a mostrar incluso indiferencia del acto de este
personaje; pero no solo eso, hay algunos que llegan a cerrar las ventanas de
sus carros por temas a ese otro, por temor a ser robados, usurpados, es en esta
medida que considero se la tolerancia-represiva.
III paradoja:
públicamente privada
Es
de noche, y hoy más que nunca las calles están solas; como ya lo he planteado
debido a lo caótico y movido que ha sido el día a causa del paro de
transportadores. El frió de la noche golpea mi rostro a medida que avanzó en el
recorrido; la oscuridad hace mágica y a la vez embrujada la ciudad, comienzan a
alumbrar como estrellas en el cielo el alumbrado público y cada una de las
rejas de esta se cierra frente al inminente peligro que trae consigo la noche.
La vida nocturna de la ciudad es “calmada” entre semana, ya que los fines de
semana las fiestas y celebraciones invaden la ciudad.
Aunque
en las noches, las bandas criminales, los expendedores de droga, los ladrones,
los violadores, los apartamentos, los sicarios y demás delincuentes que asechan
la ciudad; aprovechan el silencio, la falta de vigilancia, la falta de
espectadores, y la oscuridad, para encubrirse y hacer de las suyas. La noche
trae consigo el resurgir del mal y parece que en las calles quien esta es el
“diablo”; quien trae consigo la maldad. Aunque claro está en el día hay también
manifestaciones de delincuencia; que lo digan los ladrones de cuello blanco y
los delincuentes que se atreven a salir en el día.
La
tercera paradoja “Públicamente-Privado” se muestra en las siguientes
fotografías que nos encontramos en una ciudad la cual posee muchos derechos
públicos, pero la verdad de lo que sucede es que cada vez hay más servicios
privados, donde solamente algunos pocos pueden hacer uso de ellos. Hoy en día
ha pululado y se ha diseminado la idea de que quien quiera hacer uso de un buen
servicio; deben recurrir de alguna manera a servicios privados, pues los
públicos se denominan de mala calidad, este fenómeno debido en cierta manera a
la corrupción que ha generado el paso del capitalismo extensivo al capitalismo
intensivo, el cual ha permeado esferas tales como: la educación y la salud.
Se
puede observar en la primera de estas fotografías un parque ubicado a lo largo
del recorrido; este parque hoy por hoy se encuentra enrejado, privatizado y
tiene un horario de uso; pero este es caso simple, pues nos encontramos con que
en la ciudad se han creado en los parques públicos canchas sintéticas de
microfútbol; en las cuales se cobra dinero por el tiempo de un
partido de fútbol. En este caso viene a la mente de algunos, el recuerdo
de los partidos de fútbol en la calle, el los pastizales, con balones
de trapo, una diversión tan libre, tan publica, tan sana dirían algunos;
se ha visto hoy por hoy privada o privatizada.
Igualmente
se observa que en los parques públicos, se dan los casos de que estén muy
solos, o en su defecto estén ocupados por grupos de consumo y expendió de
droga, si no es en el interior es el exterior de estos parques; es
importante destacar que el parque tiene un uso según su horario; en la mañana
es usado por adultos mayores y jóvenes para el deporte, la caminata, el trote y
demás; en la tarde es utilizado por los niños que salen de los colegios y en la
noche es utilizado por los consumidores y expendedores de droga y una que otra
persona que se atreve a hacer deporte.
Es
necesario destacar que en ninguno de estos parques había vigilancia, pero las
personas estaban disfrutando libremente de ellos, sin ninguna preocupación,
debido a las rejas y demás dispositivos de seguridad presentes en el lugar. se
supone que en lo público, las personas pueden hacer uso libre de los espacios,
pero no es así, pues se encuentran cerrado y el encerramiento implica por ende
privatización.
Las
tres fotografías siguientes, muestran el caso que se presenta en el barrio la
Hacienda, con un parque ubicado a un costado de una unidad residencial, resulta
que este parque da la impresión que es privado, en tanto que la unidad
residencial ha decidido realizar el encerramiento de dicho espacio, quizás para
beneficio de los habitantes de la unidad; e incluso los habitantes de la unidad
residencial, tiene una entrada aparte que les permite tener acceso al parque.
Resulta
que la fotografía anterior es un parque público; en este caso se presente la
paradoja públicamente privado; las personas que transitan por este sector
piensan que este parque es privado; pues el solo hecho del encerramiento da
esta impresión; es por esto que el parque es utilizado en su mayoría por las
personas de la unidad residencial y no por la ciudadanía en general como
debería de ser. En la siguiente fotografía vemos un espacio público muy
conocido, el cual está tomando tintes de la paradoja públicamente
privado.
En
la anterior imagen podemos la entrada por la Pasoancho de la Universidad del
Valle; es importante ver inicialmente la ubicación de la Universidad, en tanto
que esta se ubica al sur de la ciudad; rodeada de barrios de estrato 4 en
adelante; con dificultades de acceso para las personas que viven hacia el
norte, el oriente y quizás el occidente de la ciudad; por este lado se podría
decir que la Universidad es pensada desde sus inicio para favorecer a
determinado tipo de población.
El
segundo aspecto a resaltar en lo públicamente privado es el encerramiento que
tiene la Universidad; el sistema de vigilancia de todo el día, en cada uno de
los edificios y en su exterior; los protocolos para entrar a la Universidad y
acceder a los diferentes espacios que esta presenta; como el presentar el
carnet a la entrada. Estos aspectos hacen que la Universidad del Valle, muestre
no su cara publica, sino su cara privada; muestra del capitalismo intensivo.
Las solas rejas hacen que la Universidad luzca un aspecto privado, negando sus
diferentes espacios públicos a la sociedad.
Vemos
pues como lo públicamente privado se expresa de gran manera en la ciudad; vemos
como cada vez reinan más los espacios privados que los espacios públicos; vemos
como se ha transitado de ese capitalismo extensivo a ese capitalismo intensivo
que afecta otras esferas de la sociedad y que transforma claro esta los
espacios; en donde las personas podían hacer uso gratuito de lo público; la
tendencia es a que muchas personas comiencen a hacer uso de espacios privados
que de espacios públicos, lo que les permite tener más individualismo y más
privacidad.
IV paradoja:
consumidores sin ciudadanía
Es
importante plantean en este punto del recorrido que en este texto se ha
abordado y se seguirá planteando, en primera instancia, la descripción del
espacio; en este texto se entiende el espacio como todo lo que nos rodea;
pero también es aquel espacio visto desde la geografía, entendiendo que las
representaciones del mundo real que el ser humano hace, son construcciones de
eso a lo que está expuesto, o sea aquello que lo rodea; este texto, se interesa
por las relaciones y representaciones que el ser humano tiene en un espacio.
En
una segunda instancia hemos observado, la descripción del objeto; en este
ensayo se entiende el objeto como la cosa material e inanimada; como la
materia o asunto que el individuo percibe y sobre el cual piensa. En una tercera
instancia hemos observado algunas actividades desarrolladas por los actores;
entendidas estas como un conjunto de fenómenos de la vida activa, como los
instintos, las tendencias, la voluntad, el hábito, etc. En una cuarta instancia
observamos el tiempo, entendido este desde los planteamientos de Gloria
Restrepo (1998); citada por Mauricio Lizarralde, quien plantea que:
A la manera de los antiguos
mayas, hay dos formas de medir el tiempo que configura el territorio: el de
cuenta larga y el de cuenta corta. El de cuenta larga mide los grandes ritmos
que alteran la realidad original, transforman la naturaleza y le dan nacimiento
a la sociedad; la cuenta corta mide el acontecimiento, el momento, la
cotidianidad y las personas. Con la cuenta larga se entiende el comienzo; con
la corta, la situación actual. Ambos tiempos conforman la realidad que podría
compararse con un tejido, labor de muchas manos que sin concertarse, sin saber
exactamente lo que hacen, mezclan hilos de todos los colores hasta que aparece
sobre el territorio una sucesión de nombres, figuras y lugares familiares (Restrepo,
1998).
Ya
en una quinta, hemos reconocido unos actores, los cuales se hacen referencia a
grupos, organizaciones o instituciones que interactúan en la sociedad. Y por
último este trabajo abarco unas conclusiones, en cada una de las paradojas, que
permitan expresar opiniones, que surgen respecto de los temas anteriormente
planteados.
La
cuarta paradoja, denominada consumidores sin ciudadanía, nos plantea como cada
vez somos participes de consumir por consumir, consumidores; como cada vez
perdemos más el sentido de pertenencia en nuestra ciudad y nos convertimos en
más consumidores de lo privado, como tenemos nuevas identidades y repertorios
políticos, como cada vez más delegamos nuestras decisiones y como nos
desligamos paso a paso del hacer político. Como por ejemplo estas fotografías:
En
la primera de estas fotos, se logra ver como en este centro comercial
“Unicentro – Cali”, las personas que transitan por sus pasillos, no
necesariamente son consumidores de alguno de los artículos de esta tienda; por
el contrario son participantes de este centro comercial, esto quiere decir que
transitan por el centro comercial de “miranda” como diría mi madre; pero no
comprar ningún artículo, son consumidores de espacio.
En
la segunda y tercera fotografía, vemos como la ciudad está llena de huecos y
como nosotros como ciudadanos hemos naturalizado ciertos fenómenos que aquejan
a la ciudad, no hemos acostumbrado a transitar por calles llenas huecos, todos
se quejan más poca gente actúa frente a esto por la pérdida de ciudadanía en
los ciudadanos. Esto se pude observar durante el recorrido; para dar un poco
más de idea la siguiente cita:
Hoy el mundo se ha lanzado a un
obsceno carnaval del consumo. Pero esos países que divinizan el consumo, como
los Estados Unidos y Europa, por lo menos ha tenido la prudencia de
garantizarles primero a sus pueblos agua limpia, vivienda digna, educación
seria y gratuita, salud para todos, trabajo y salarios decentes, una economía
que se esfuerza por ofrecer empleo de calidad, que no llama trabajo como aquí
al rebusque desesperado, ni a la mendicidad, ni al tráfico violento de todas
las cosas (Ospina, 2013).
Muchas
personas ignoran lo que suceden y solo se preocupan por tratar de conseguir las
cosas de moda, tener lujos y lo que se conoce como “comodidad”, y no se dan
cuenta que cada vez participan más en el consumismo. Pero además hemos
perdido la confianza en aquellos que prometen defender los derechos ciudadanos
y brindar mejoría como empleos, alimentación, viviendas y medios de transporte
digno; los ladrones de cuello blanco, los corruptos, han hecho que la sociedad
pierda la confianza en sus dirigentes, y en lo que estos prometen. Esta
puede ser una de las expresiones de esta falta de confianza, representadas en
la apatía política y en el desinterés por el futuro de esta ciudad. Como lo
plantea la siguiente cita:
El egoísmo que se apodera de la
tierra de todos para beneficio de unos cuantos, que se apodera de la ley de
todos para hacer la riqueza de unos cuantos, que se apodera del futuro de todos
para hacer la felicidad de unos cuantos. De ahí nacen las rebeliones violentas,
y de ahí nacen los delitos y los crímenes (Ospina, 2013).
Hemos
naturalizado pues ciertos fenómenos presentes en la ciudad, nos hemos
acostumbrado y la costumbre nos ha hecho mucho daño; tanto los huecos, como
consumir sin consumir, son el reflejo de la cuarta paradoja consumidores sin
ciudadanía. Es claro entonces que en este recorrido también pude observar la
cuarta paradoja, donde se reflejan unos consumidores sin ciudadanía.
V paradoja:
ciudades con mapas mínimos
Después
de haber hecho este recorrido, que me permitió reencontrarme con la ciudad;
desde una mirada distinta; tratando de encontrar como un explorador en la selva
las cinco paradojas presentes en una ciudad tan compleja como lo es la ciudad
de Cali. Viaje de alguna manera u otra por la ciudad, tratando de mirar un poco
hacia el pasado, para entender el presente; tratando de experimentar y
redescubrir una gran cantidad de cuestiones en la ciudad, este trabajo fue una
compilación de diversos lugares, hechos históricos, personas, situaciones,
relaciones sociales e interacciones que forman parte del día a día de la
ciudad, entre la tarde y la noche. Como lo plantea a continuación la siguiente
cita a Carlos Esteban Mejía[2]:
El que camina sueña, escribe,
lee, cuenta las delicias del jardín, el leve salto de los pájaros, el que
camina conoce, dibuja, avanza, sabe cómo son las tiernas hojas de las
palmas, el color, los hongos de la tapia, cuándo maduran los frutos del
almendro, como duelen los boleros y los tangos; el que camina descubre, arriesga,
encuentra, halla, sabe dónde se hacen las sombras, cómo acompaña la penumbra
entre los atrios; porque quien camina despacio huele, calcula, arquitecta,
desentraña el secreto de los ángulos, imagina cómo se ven de lejanos los
campos, la montaña, los surcos arados (…) porque después de todo el que
camina es el que habita, el que canta, el que da la batalla, el que atraviesa
la plaza, la calle, la noche cerrada; el que habita es el guerrero, el que bate
las alas, el que se mueve, el que no calla. El que habita es la memoria,
la conciencia que habla (Mejía, 2006).
Llegamos
a la última parada, a la quinta paradoja denominada ciudades con mapas mínimos;
nos demuestra cómo cada vez el mapa mental del ciudadano se reduce más, a
medida que hay un crecimiento urbano, el mapa mental de las personas se hace
cada vez más pequeño; se da una fragmentación urbana a medida que se instaura
un proyecto de ciudad, que trae como consecuencia una urbanización sin memoria
y la falta de ganas de conocer y caminar por la ciudad. El ciudadano
comienza a creer que no es necesario salir y recorrer la ciudad, pues todo lo
que necesita se encuentra a su alrededor.
Cada
día existe mucha más población en la ciudad, cada vez más se expande más pero
pocos ciudadanos son conscientes de ello, pocos conocen completamente la
ciudad, hay muchos que han vivido demasiado años en la ciudad pero siguen sin
conocerla completamente, pues cada vez ven menos necesario salir de su barrio o
del mismo recorrido de su casa al trabajo o estudio y viceversa, pues tienen
algunos lugares estigmatizados, que salen de la órbita de sus intereses, lo que
hace que el mapa mental se reduzca cada vez más.
Para
desarrollar esta quinta paradoja, pedí el favor a mi madre, padre y hermano, de
que dibujara el recorrido que más transitaba diariamente, o que representara lo
que conocía de la ciudad. Ellos realizaron sus mapas mentales; cada uno
permeado por sus experiencias en la ciudad y el reconocimiento que tenían de
esta.
Es
importante mencionar que mi padre trabaja en venta y alquiler de bienes raíces,
es asesor de venta y arrendamiento en una inmobiliaria y su medio de transporte
es una moto; mi madre trabaja en un buseta escolar, transportando a niños de su
casa a su colegio y de su colegio a su casa; los niños están distribuidos por
la ciudad; y mi hermano el recorrido normal que hace es del colegio a la casa y
cuando tiene la oportunidad de realizar otras salidas en la ciudad.
Teniendo
en cuenta cada una de las actividades y cada uno de los intereses de estas
personas desarrollan en la ciudad, se da la construcción de los mapas mentales;
además se incluye un imagen del mapa actual de la ciudad, obtenido de Google
Maps, para hacer notar como ha crecido la ciudad y como es la percepción que
ellos tienen de esta, teniendo la posibilidad de reconocer los puntos que ellos
transitan.
Puedo
decir que este trabajo movió fibras internas en mi pensamiento y mis emociones
como persona, y me hizo caer en cuenta que como ser humano he perdido debido a
la carga social muchas cualidades que me veré en la tarea de salvar o
resucitar. Es importancia señalar, que como sujeto observador también fui
observado constantemente por las personas que se encontraban transitando por la
calle durante el recorrido; algunas personas con sus expresiones de
interrogación intentaban descifrar las cosas a las que tomaba fotografías; por
este motivo es importante señalar que este trabajo de campo involucra una
relación del sujeto observador y el sujeto observado, una interrelación.
Este
trabajo, denominado “Entre la tarde y la noche: Biocartografía de un
recorrido”; ha permitido realizar una biocartografía; que abarque todas la
relaciones que se establecen entre los actores sociales y entre los sujetos y
los objetos, al igual que desde el espacio, el territorio y el lugar; buscando
dar una mirada amplia a los diversos sucesos que convergen en el espacio,
vistos desde las ciencias sociales.
La
realización de este trabajo ha dejado en mi persona, mucha reflexiones y nuevos
conocimientos, entendiendo la importancia de la otredad, del reconocimiento del
otro, ese otro que en muchas ocasiones juzgamos sin antes comprender cuales son
los fenómenos sociales que lo aquejan; las ciencias sociales, nos invita a
ponernos en los zapatos de otros y nos recalca la importancia de la diversidad,
de las diversas formas presentes en el espacio que como lo hemos planteado
anteriormente, comprende tanto lo material, como lo espiritual.
Bibliografía.
Halbwachs,
M. (2008). Chicago, experiencia étnica. En M. Halbwachs, Estudios de
morfología social de la ciudad (págs. 199-245). Madrid: Centro de
Investigaciones Sociológicas.
Mejía,
C. E. (09 de 11 de 2006). d-espacio en la ciudad. Recuperado el 17 de 11
de 2012, de d-espacio en la ciudad: http://civitas-cali.blogia.com/
Jaramillo,
M. L. (Primer semestre 2012). Ambientes educativos y territorios del miedo en
medio del conflicto armado: estudio sobre escuelas del Bajo y Medio
Putumayo. Revista Colombiana de Educación, N° 62, 21 - 39.
"Oración
por la Paz" escrita por el poeta, novelista y ensayista colombiano,
William Ospina, y leída en la Plaza de Bolívar, en el acto central
de la Movilización por la Paz y la Democracia, por la ex senadora Piedad
Córdoba.
Ospina,
W. (1996). ¿Dónde está la franja amarilla? Colombia: Colección
Milenio.
Ospina,
W. (2001). “Colombia En El Planeta "relato de un país que perdió la
confianza". Medellín-Colombia: Imprenta Departamental De Antioquia.
[1] http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/seis-ciudades-de-colombia-entre-mas-violentas-delmundo-articulo-461140
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