martes, 23 de septiembre de 2014

LA PARADOJA ENTRE EL ESPACIO PÚBLICO Y EL ESPACIO PRIVADO EN LA CIUDAD DE CALI


JONATHAN RODRÍGUEZ CAMACHO Y JUDITH ANDREA RIVAS ROJAS 


Este ensayo académico reflexivo, consiste en documentar y analizar la situación de una problemática urbana contemporáneo. La estructura metodológica y conceptual de este texto, consiste en aborda en primera instancia, la conceptualización de Espacio, Espacio Público y Espacio Privado; los cuales nos permiten tener un marco académico de referencia; para entrar posteriormente y en una segunda instancia, a reflexionar sobre el uso y apropiación de los Espacios Públicos y Privados en la ciudad de Cali; realizando una serie de observaciones y un análisis teórico y vivencial de estos espacios, para demostrar y hacer visible la paradoja que se presenta en dicha ciudad “Públicamente-Privado”; sin desconocer claro esta las categorías de tiempo y espacio; necesarias para la reflexión geográfica. Por último, y ya en una tercera instancia, consiste en realizar unas conclusiones, que permitan expresar opiniones, que surgen respecto de los temas y problemáticas anteriormente planteados.

Este ensayo pretende desarrollar una de las temáticas importantes que preocupa a varios cientistas sociales a la hora de analizar una ciudad; en este caso el análisis se centra en estudiar el uso y apropiación que los ciudadanos tienen del Espacio Público y el Espacio Privado en la Ciudad de Cali, ubicada en el departamento del Valle del Cauca. El interés de esta temática reside en comprender cuál es la paradoja entre estos dos espacios y el conocimiento que tienen los ciudadanos para la utilización y apropiación de ellos. Con el propósito de dar a conocer a los lectores la paradoja de lo “Públicamente – Privado” que se presenta en la ciudad de Cali.

Como se ha mencionado el tema que se propone describir y complejizar en este ensayo académico reflexivo, está dada en el título “La paradoja entre el Espacio Público y Privado en la ciudad de Cali”; específicamente tratando de mirar si en dicha ciudad se hace visible la paradoja “Públicamente-Privado” y cuál es el uso y apropiación de los espacios públicos y privados, por parte de los habitantes de la ciudad. El tema se desprende de una pregunta base, la cual plantea: ¿Cómo se hace visible la paradoja de los públicamente-privado en la ciudad de Cali? Para darle respuesta a esta pregunta, es necesario partir por las definiciones de espacio, espacio público y espacio privado.

Como se planteó anteriormente, se empieza este ensayo con algunas definiciones de diversas fuentes sobre la conceptualización de Espacio, el Espacio Público y el Espacio Privado. Para adentrarnos en los diferentes conceptos y nociones que a continuación se plantearan con relación al Espacio Público y al Espacio Privado, es importante dar una revisión de que es lo que se entiende por el concepto de espacio en este ensayo.

Inicialmente, es importante mencionar que el espacio es una palabra vital para la geografía, como lo plantea  (Hartshorne, 1939), la historia de la geografía puede ser considerada como la historia del concepto de espacio porque el espacio es un concepto organizativo fundamental en la metodología geográfica. Como lo plantea el autor Harvey (1969), toda la práctica y toda la filosofía de la geografía depende del desarrollo de un marco conceptual que permite manejar la distribución de objetos y fenómenos en el espacio.

Es importante mencionar que al concepto de espacio, con relación a la disciplina geográfica se le han reconocido atributos diferentes según el enfoque científico, tales como: el espacio absoluto, el espacio socialmente producido, el espacio relativo, el espacio reflejo, el espacio vivido  y el espacio relacional (Solé, 1998). 

Cabe plantear que, la comprensión del espacio siempre ha sido discutida por muchos autores que con características comunes no se han puesto de acuerdo en dejar una definición, sino nociones y conceptos que den un concepto más claro un acercamiento a este, es importante además mencionar que la ciencia está en constante movimiento, y por ende sus conceptos y nociones también; pero además, el concepto de espacio puede ser visto, estudiando y analizado desde diferentes disciplinas. 

Después de mostrar la importancia del concepto de espacio para la geografía, y las diversas formas en que se ha planteado dicha palabra; es importante llegar a un consenso, al menos en este ensayo, de lo que se entiende por espacio. En este texto, se entiende el concepto de  espacio como todo lo que nos rodea; pero también es aquel espacio visto desde la geografía, como las representaciones del mundo real que el ser humano hace, dichas representaciones son construcciones del espacio al que el ser humano está expuesto, o sea aquello que lo rodea; este texto ensayo se interesa pues, por las relaciones y representaciones que el ser humano tiene en un espacio.

Continuando con la conceptualización sobre el espacio, el espacio público y el espacio privado, es importante resaltar como lo plantea la siguiente autora que: “La conceptualización sobre lo público y lo privado tiene una larga data en las ciencias sociales, sin embargo no solo son invocadas desde diferentes retoricas, para muchos propósitos y en diversos sentidos dentro de determinados campos disciplinarios, sino que dentro de una misma mirada teórica se puede aludir al uso de un vocabulario conceptual con diferentes alternativas de uso”  (Soto, s.d).

Después de haber planteado la conceptualización de la palabra espacio, que nos ayuda a comprender someramente lo que este ensayo entiende por espacio, pasamos a conceptualizar el Espacio Público. Con  relación al espacio público, es importante mencionar que este hace alusión a las palabras grupo, visible, calle, exterior; es importante mencionar que el concepto de espacio público ha ido evolucionando, ha sufrido una serie de transformaciones y hoy en día ya no es mismo; como se plantea en la siguiente cita:

El espacio público ha ido evolucionando y transformándose de acuerdo a las necesidades y usos de la sociedad. El espacio público es un espacio multidimensional donde confluyen las dimensiones físicas, sociales, culturales, administrativas y simbólicas. La dimensión física es el soporte de las otras que se articulan en torno a interacciones de individuos y organizaciones públicas y privadas. El peso simbólico de un espacio público viene determinado por estas interacciones y por elementos estructurales e históricos que se relacionan con el concepto de contexto entendiendo que a éste pertenecen también los grupos sociales y las vivencias peculiares que éstos poseen de acuerdo con dicha dimensión social  (Borja, 2000).

Tratando de hacer una revisión histórica del concepto de espacio público, se reconoce a Aristóteles como el responsable de iniciar el reconocimiento de éste, como ese espacio vital y humanizante donde la sociedad se reunía para compartir sus opiniones, evaluar propuestas y elegir la mejor decisión, se vislumbraba así un espacio público político (Padua, 1992).

El espacio público es el de la representación, en el que la sociedad se hace visible. Del ágora a la plaza de las manifestaciones políticas multitudinarias del siglo XX, es a partir de estos espacios que se puede relatar, comprender la historia de una ciudad. El espacio público define la calidad de la ciudad, porque indica la calidad de vida de la gente y la calidad de la ciudadanía de sus habitantes  (Humberto, 2000).

Es importante mencionar como lo plantea Borja (2000) que en la actualidad el espacio público tiene un carácter polifacético que incluye desde los andenes, donde la socialización es aparentemente simple, hasta los escenarios que concuerdan con lo que Marc Augé (1994), define como lugares: "lugar de la identidad” (en el sentido de que cierto número de individuos pueden reconocerse en él y definirse en virtud de él), “lugares de relación” (en el sentido de que cierto número de individuos, siempre los mismos, pueden entender en él la relación que los une a los otros) y “lugares de historia” (en el sentido de que los ocupantes del lugar pueden encontrar en él los diversos trazos de antiguos edificios y establecimientos, el signo de una filiación (Borja, 2000).

Cabe resaltar que la etnología y la geografía han mostrado ya muchas veces la estrecha relación existente entre la organización social de los grupos humanos y la manera como estos conciben y construyen su hábitat; o sea que de la organización de la sociedad se desprenden una serie de representaciones, que se materializan en la ciudad; como se plantea en la siguiente cita: "La organización del espacio habitado, no es solo una comodidad técnica, sino que como el lenguaje, la expresión simbólica de un comportamiento globalmente humano. (Leroi, Gourhan. 1965). En la siguiente cita, se plantea como ha sido la concepción del espacio público por quienes lo habitan:

El término espacio público se ha convertido hoy en una expresión común: técnicos, legisladores, gobernantes, comerciantes y "el hombre de la calle", identifican así el espacio al cual se puede acceder sin restricción alguna y donde es posible la expresión de sus derechos y de sus obligaciones en el escenario de sus diarias vivencias (Humberto, 2000).

En cuanto al espacio público, cabe resaltar, siguiendo a Borja (2000), que este se compone en primer lugar de lo que se denomina el “espacio profano” que expresa la urbanidad, se caracteriza por el libre acceso y por ser escenario de una intensa actividad social. Y en segundo lugar por el espacio sagrado, el cual confiere la identidad al territorio como parte de la memoria colectiva, es de acceso permitido y generalmente construido. Cabe resaltar que ambas espacialidades, la profana y la sagrada, conforman el espacio estructurante de la ciudad, el cual a través del tiempo mantiene los hitos y los elementos que identifican la ciudad y su cultura. Después de haber realizado una somera conceptualización de lo que este ensayo académico reflexivo entiende por espacio público, pasaremos a mirar la conceptualización de espacio privado.

El espacio privado lo definimos como “Aquellos lugares en los que el o los individuos desarrollan actividades consideradas no trascendentales para el devenir de la colectividad así como el espacio en el que se despliegan prácticas y emociones ligadas a la idea de intimidad” (Astorga, sd), mas explícitamente otro autor define el espacio privado y la esfera privada, como:

La que garantiza el acceso a un espacio que pertenece y está controlado por un individuo de manera exclusiva. El individuo se ampara en una estructura legal, la cual le provee su derecho de llamar partes del espacio su propiedad privada. Así, lo privado permite libertades a los individuos para ejercer un control territorial sobre cierto espacio, permitiendo el acceso solo a personas conocidas, y también provee la oportunidad para demostrar identidad personal, poder y posición dentro de la sociedad. La unidad espacial de la propiedad privada está fuertemente relacionada con el espacio íntimo de la vivienda. De esta forma, podemos afirmar que la vivienda es el símbolo básico y esencial del ambiente y la propiedad privada (Madanipour, 2003).

Es necesario destacar, que el espacio privado no solamente hace referencia a las viviendas, sino también a las diversas entidades como: Instituciones Educativas de carácter privado, Bancos, Centros recreacionales, restaurantes, y demás; de las cuales se puede decir que abren sus puertas al público; pero, el público debe respetar y seguir las reglas que estas entidades exigen, es decir, una persona para ser parte o hacer uso de algunas entidades privadas debe pagar y acomodarse a algunas reglas comportamentales  y demás que exige la entidad.

Un ejemplo claro de ello, son las entidades Bancarias, a las cuales cualquier persona puede ingresar a ella, mas no puede hacer lo que ella le apetece, sino que debe seguir algunas normas, como la de respetar filas, no fumar, esperar su turno para ser atendido, no hablar por celular, no utilizar gafas oscuras, no usar gorras, entre otras; lo mismo sucede con los centros recreacionales privados, que está abierto a diversas personas, pero éstas para disfrutar de lo que esta entidad ofrece deben pagar una suma de dinero para poder ingresar y debe seguir las normas para el buen uso de la entidad.

Mas privado son pues, los espacios de vivienda, los cuales están limitadas por su terreno propio y de la cual solamente los habitantes de ella pueden ingresar y hacer uso de ella como lo convengan, pues, cualquier persona no puede ingresar a estos espacio privados de vivienda a menos de que tenga la aceptación de sus habitantes, y si lo hace sin autorización, estaría obstruyendo y violando un espacio privado.

Después de haber realizado una conceptualización somera de espacio, espacio privado y espacio público; pasaremos a reflexionar sobre el uso y apropiación de los Espacios Públicos y Privados en la ciudad de Cali; realizando una serie de observaciones y un análisis teórico y vivencial de estos espacios, para demostrar y hacer visible la paradoja que se presenta en dicha ciudad “Públicamente-Privado”; sin desconocer claro esta las categorías de tiempo y espacio; necesarias para la reflexión geográfica.

Para adentrarnos en esta reflexión, es importante mencionar que en algunos casos, lo público y lo privado, aparecen como dos elementos contrapuestos donde, a partir de ellos, se pretende entender la complejidad de la ciudad; Aldo Rossi, (1966), afirma en su libro “la arquitectura de la ciudad” que:

El contraste entre lo particular y lo universal, entre lo individual y lo colectivo, es uno de los puntos principales desde los cuales se estudia la ciudad. Este contraste se manifiesta en diversos aspectos, en las relaciones entre la esfera pública y la privada, en el contraste entre el diseño racional de la arquitectura urbana y los valores del locus, entre edificios públicos y edificios privados. Sí la división de la ciudad en esfera pública y esfera privada, elementos primarios y zona residencial, ha sido varias veces señalada y propuesta, nunca ha tenido la importancia de primer plano que merece.

Es necesario mencionar que más allá de la contraposición entre lo público y lo privado, se establecen una serie de relaciones, de composiciones, de complementariedades y de subdivisiones entre el uno y el otro, que es necesario entender, con el fin de percibir la relación sistémica de lo que realmente es la espacialidad urbana. A la vez es importante resaltar que esta oposición no es estática, por el contrario, está en constante movimiento y transformación, y además posee múltiples formas, respondiendo a la vez a las categorías de tiempo y espacio.

Es importante resaltar que en el espacio público, se manifiesta el interés común; mientras que en el espacio privado, prima un interés particular. Tratando de realizar un estado del arte; el autor Jordi Borja plantea que en las últimas décadas la discusión sobre lo público y privado ha llegado a tener un lugar privilegiado en los debates sobre la ciudad. Por un lado, algunos discursos alertan el debilitamiento y la pérdida del espacio público; por otro lado, lo privado recuperaría la centralidad llegando incluso a organizar la ciudad. Finalmente para otros, las formas innovadoras de sociabilidad en la vida pública re-configurarían el fenómeno urbano.

El autor Jordi Borja (2000), plantea que la ciudad actual sufre un triple proceso negativo: una disolución, una fragmentación y una privatización; estos tres elementos van claramente en relación a la paradoja públicamente-privado. A continuación se explican cada uno de estos tres factores: la ciudad sufre un proceso de “disolución”, por difusión de la urbanización desigual y el debilitamiento o especialización de los centros. La ciudad sufre un proceso de “fragmentación”, por la exasperación de algunos supuestos funcionalistas: la combinación de un capitalismo desreglado con la lógica sectorial de las administraciones públicas, produce la multiplicación de elementos dispersos y monovalentes en un territorio cortado por vías de comunicación; los no lugares ya no se interpretan como recipientes existenciales permanentes, sino que son entendidos como enormes focos de acontecimientos. No lugares definidos por la sobreabundancia y el exceso. Son siempre espacios relacionados con el transporte rápido, el consumo y el ocio (Borja, 2000).

Y por último, la ciudad sufre un proceso de privatización, con la generalización de ghettos según clases sociales desde los condominios de lujo hasta a las favelas o similares y la substitución de las calles, las plazas y los mercados por centros comerciales. Una transformar el espacio público de la calle en un espacio comercial privatizado de un centro de compras tiene claros costos sociales en términos de acceso democrático y responsabilidad pública. La domesticación del espacio a través de la purificación y privatización involucra crecientes exclusiones sociales y acrecienta las desigualdades. Es importante mencionar que los tres procesos se refuerzan mutuamente por contribuir a la casi desaparición del espacio público como espacio de ciudadanía (Borja, 2000).  

Relacionando todo esto a lo que se observa en la ciudad de Cali, se puede ver reflejado que los espacios privados permanecen en mejores condiciones que los espacios públicos, pues los dueños de los espacios privados abogan para que estos espacios permanezcan en buen estado y las personas que puedan hacer uso de ellos puedan utilizarlas bajo buenas condiciones (Anexo 1). En cuanto a la privatización de los espacios públicos, los cuales van en relación a la paradoja “públicamente-privado”; el autor Jordi Borja plantea lo siguiente:

Otras dinámicas existentes, aún más potentes, son la del urbanismo de productos, la sumisión al mercado, la obsesión por la competitividad, la fuerza económica de la iniciativa privada y la debilidad política de la iniciativa pública. Podemos contemplar cómo se pretende hacer ciudades a partir de parques temáticos, ciudades empresariales, barrios cerrados, infraestructuras al servicio del vehículo privado e individual, las zonas de viviendas segregadas por clases sociales, plazas y monumentos enrejados, etc. y observamos con preocupación cómo se crean bloques conservadores en las zonas de ciudad hecha y equipada, con los miedos y los intereses que se oponen a los cambios y a las mezclas. Es el espacio público el que paga la factura de los “productos urbano” (Borja, 2000).

Existe pues una mayor apropiación de los ciudadanos de Cali por los espacios privados que por los espacios públicos, pues, se observa que los espacios públicos que pueden ser utilizados por toda la ciudadanía sin ninguna excepción mantienen en pésimas condiciones, pues quienes están a cargo de los espacios públicos, que son el Gobierno y el Estado no son lo suficientemente eficientes para que estos espacios sean apropiados para ser utilizados y aprovechados por la ciudadanía.

Por otro lado, existe una desapropiación de los ciudadanos por estos espacios, ya que sienten que no les compete el mantenimiento de estos lugares, prefiriendo así, hacer uso de espacios privados, en los que tiene que pagar para obtener un buen servicio, con seguridad y calidad; como los casos anteriormente mencionados (Anexo 2).

Por otro lado, se puede decir que en las últimas décadas, ha habido un predominio de lo privado sobre lo público, es decir, que espacios que se consideran bajo la ley como espacios públicos, han sido apropiados por personas o entidades, convirtiendo este espacio público en espacio privado. Algunos ejemplos de ello son estos:

·         “La provisión de servicios de comunicaciones, agua, electricidad, basura y otros, los cuales han sido generalmente “públicos”, ahora… han dejado de serlo” (Capitanachi, 2008)

·         Los vendedores de jugos, comida y demás que tienen su negocio en la esquina de un semáforo. Éstos se han apropiado de estos espacios públicos, convirtiéndolos en espacios privados; llevan ubicados en estos espacios muchos años, donde diariamente llegan a su “lugar de trabajo” y ningún otro vendedor puede ocupar este espacio ya que ya,  tiene un “dueño”.

El vendedor informal o marginal ya sea ambulante o estacionario, es aquel que ocupa un espacio público para revender productos. En el centro de Cali estas ventas oscilan entre los cinco mil y 200 mil pesos diarios, sin gastos de arrendamiento o servicios públicos. La apropiación y depredación del espacio público por las ventas marginales, va desde el vendedor que dice sobrevivir de esta apropiación con un batiburro precario, hasta un sistema de proveeduría donde un mago es dueño de cinco sitios (Martinez, 1992).

·         La apropiación de los andenes por parte de los habitantes de casas y dueños de negocios. Los habitantes de algunas viviendas se apropian de los andenes para realizar jardines o colocar sus carros, y los dueños de negocios para colocar sus mesas y asientos para los clientes; estas cosas hacen que los andenes que son un espacio público pasen a ser un espacio privado y  queden reducidos a la mitad o muchas veces no queda ningún espacio para que las personas transiten por los andenes, tocando así que caminar por la calle. “Los antejardines no se pueden cubrir ni construir. 5. (…). 6. En predios de uso comercial no se permite el cerramiento del antejardín. 7. (…). 9. En los establecimientos destinados a panaderías, cafeterías, heladerías, fuentes de soda, restaurantes, estaderos y similares, ubicados en predios que tengan un antejardín igual o mayor a dos con cincuenta (2.50) metros de profundidad y se encuentren ubicados sobre arterias y colectoras, se permitirá la ocupación con sillas y mesas móviles sin lugar a ningún tipo de elementos fijos y/o empotramientos en el piso. En este caso, solo se permitirá el cubrimiento del antejardín con paraguas o sombrillas en lona o tela plastificada y bajo ninguna circunstancia se permitirá su cubrimiento en otro material. Queda igualmente claro que desde mucho antes del ejercicio de la acción popular existe norma expresa que prohíbe edificar, cubrir y construir los antejardines, salvo las excepciones previstas por la normativa del Plan de Ordenamiento Territorial antes trascrita que es de orden público y por tanto de inmediato cumplimiento” (Martelo, 2006).

·         Algunas  personas o grupos comunitarios se apropian de espacios públicos, encerrándolos para darle un buen mantenimiento y para que todos los integrantes del barrio o la comuna puedan hacer uso de ellos. Esto se da especialmente con los parques de algunos barrios de la ciudad de Cali, donde las Juntas de Acción Comunal y todos sus integrantes del barrio aportan para el buen uso y mantenimiento de éstos, manteniéndolo con buena seguridad y vigilancia constante, y solamente ofreciéndolo al público en algunas horas puntuales.

El Estado ha reducido su control en el suministro y/o la gestión de los espacios públicos…en muchos espacios se presentan barreras o son cada vez más cerrados, lo que evita que sean usados y/o compartidos por todos los miembros de la sociedad (Capitanachi, 2008).

·         La ciudad de Cali se ha convertido en la capital de las sedes deportivas, ya que se han creado nuevos espacios para la práctica de diversos deportes, pero que si se analiza, estos espacios (como lo era las canchas panamericanas) que anteriormente eran utilizados libremente por la población caleña, hoy en día han sido renovados y encerrados, donde ninguna persona puede hacer uso libre de ellos, convirtiéndose pues, un espacio que anteriormente era público, utilizado para patinar y montar bicicleta, hoy en día es un espacio privado, donde las personas solo usan sus afueras, pero no pueden ingresar al espacio deportivo.

Estos pues son solo algunos de los ejemplos que demuestran como las personas o algunas entidades privadas se apropian cada vez mas de los espacios públicos. Vemos pues, reflejado la paradoja de lo “Públicamente-Privado” donde los espacios que se consideran como públicos en la ciudad están siendo cada vez más privatizados, ya sean por personas, grupos de personas o entidades recreaciones, institucionales, financieras, etc. Sacando así, provecho personal de lo que es público. “Lo que en el pasado pertenecía a la esfera abierta y se configuraba con una mayor legitimidad pública, ahora pertenece cada vez más al ámbito de lo privado, desde el nivel del micro espacio hasta el nivel macro del barrio y la ciudad” (Capitanachi, 2008).

No obstante existen leyes que penalizan la privatización de los espacios públicos, como por ejemplo la Ley 388 de 1997, modificada por la Ley 810 de 2003, artículo 1°, en concordancia con el Decreto 1052 de 1998, que concibe como infracciones urbanísticas:

Toda actuación de construcción, ampliación, modificación, adecuación y demolición de edificaciones, de urbanización y parcelación, que contravenga los planes de ordenamiento territorial y las normas urbanísticas que los desarrollan y complementan incluyendo los planes parciales, dará lugar a la imposición de sanciones urbanísticas a los responsables, incluyendo la demolición de las obras, según sea el caso, sin perjuicio de la eventual responsabilidad civil y penal de los infractores. Para efectos de la aplicación de las sanciones estas infracciones se considerarán graves o leves, según se afecte el interés tutelado por dichas normas. (…) Así como también “(…) la localización de establecimientos comerciales, industriales, institucionales y de servicios en contravención a las normas de usos del suelo, lo mismo que el encerramiento, la intervención o la ocupación temporal o permanente del espacio público con cualquier tipo de amueblamiento, instalaciones o construcciones, sin la respectiva licencia (Martelo, 2006).

La paradoja “Públicamente-Privado” se muestra en la fotografía (Anexo 3), que nos encontramos en la ciudad de Cali; la cual posee muchos derechos públicos, pero la verdad de lo que sucede es que cada vez hay más servicios privados, donde solamente algunos pocos pueden hacer uso de ellos. Hoy en día ha pululado y se ha diseminado la idea de que quien quiera hacer uso de un buen servicio; deben recurrir de alguna manera a servicios privados, pues los públicos se denominan de mala calidad, este fenómeno debido en cierta manera a la corrupción que ha generado el paso del capitalismo extensivo al capitalismo intensivo, el cual ha permeado esferas tales como: la educación y la salud.

Espacio público es el lugar donde cualquier persona tiene el derecho de circular, en oposición a los espacios privados, donde el paso puede ser restringido, generalmente por criterios de propiedad privada, reserva gubernamental u otros. Por tanto, espacio público es aquel espacio de propiedad pública, dominio y uso público (Borja, 2003)
.
Se puede observar en la primera de estas fotografías (Anexo 3) un parque ubicado a lo largo del recorrido; este parque hoy se encuentra enrejado, privatizado y tiene un horario de uso; pero este es caso simple, pues nos encontramos con que en la ciudad se han creado en los parques públicos canchas sintéticas de microfútbol; en las cuales se cobra dinero por el tiempo de un partido de futbol. En este caso viene a la mente de algunos, el recuerdo de los partidos de futbol en la calle, el los pastizales, con balones de trapo, una diversión tan libre, tan publica, tan sana dirían algunos; se ha visto hoy por hoy privada o privatizada.

Igualmente se observa que en los parques públicos, se dan los casos de que estén muy solos, o en su defecto estén ocupados por grupos de consumo y expendio de droga, si no es en el interior es el exterior de estos parques; es importante destacar que el parque tiene un uso según su horario; en la mañana es usado por adultos mayores y jóvenes para el deporte, la caminata, el trote y demás; en la tarde es utilizado por los niños que salen de los colegios y en la noche es utilizado por los consumidores y expendedores de droga y una que otra persona que se atreve a hacer deporte.

Desde una aproximación jurídica, podemos definir al espacio público como un espacio sometido a una regulación específica por parte de la administración pública, propietaria o que posee la facultad de dominio del suelo, que garantiza su accesibilidad a todos los ciudadanos y fija las condiciones de su utilización y de instalación de actividades (Borja, 2003).

Es necesario destacar que en ninguno de estos parques había vigilancia, pero las personas estaban disfrutando libremente de ellos, sin ninguna preocupación, debido a las rejas y demás dispositivos de seguridad presentes en el lugar. Se supone que en lo público, las personas pueden hacer uso libre de los espacios, pero no es así, pues se encuentran cerrados y el encerramiento implica por ende privatización.

Las tres fotografías siguientes (Anexo 3), muestran el caso que se presenta en el barrio la Hacienda, con un parque ubicado a un costado de una unidad residencial, resulta que este parque da la impresión que es privado, en tanto que la unidad residencial ha decidido realizar el encerramiento de dicho espacio, quizás para beneficio de los habitantes de la unidad; e incluso los habitantes de la unidad residencial, tiene una entrada aparte que les permite tener acceso al parque.

Con el surgimiento del primer capitalismo financiero y comercial el concepto de público ya no se refiere solo a un grupo de personas que ejercen el poder sino que se vincula a la actividad económica creciente en donde el estado funciona como el principal garante de los intereses comunes (http://desplazamientos.wordpress.com/category/espacio-publico-espacio-privado/).

Resulta que la fotografía anterior es un parque público; en este caso se presente la paradoja públicamente privado; las personas que transitan por este sector piensan que este parque es privado; pues el solo hecho del encerramiento da esta impresión; es por esto que el parque es utilizado en su mayoría por las personas de la unidad residencial y no por la ciudadanía en general como debería de ser. En la siguiente fotografía vemos un espacio público muy conocido, el cual está tomando tintes de la paradoja públicamente privado. 

Otro aspecto a resaltar en lo públicamente privado es el encerramiento que tiene la Universidad del Valle; el sistema de vigilancia de todo el día, en cada uno de los edificios y en su exterior; los protocolos para entrar a la Universidad y acceder a los diferentes espacios que esta presenta; como el presentar el carnet a la entrada. Estos aspectos hacen que la Universidad del Valle muestre, no su cara publica, sino su cara privada; muestra del capitalismo intensivo. Las solas rejas hacen que la Universidad luzca un aspecto privado, negando sus diferentes  espacios públicos a la sociedad.   

Vemos pues como lo públicamente privado se expresa de gran manera en la ciudad; vemos como cada vez reinan más los espacios privados que los espacios públicos; vemos como se ha transitado de ese capitalismo extensivo a ese capitalismo intensivo que afecta otras esferas de la sociedad y que transforma claro esta los espacios; en donde las personas podían hacer uso gratuito de lo público; la tendencia es a que muchas personas comiencen a hacer uso de espacios privados que de espacios públicos, lo que les permite tener más individualismo y más privacidad.

Antes de pasar a la conclusión, es importante mencionar, como lo plantea a continuación la siguiente cita que: “La ciudad, es la expresión sistémica concreta que correlaciona las espacialidades públicas y las privadas, no en un equilibrio cuantitativo de las mismas, sino en un equilibrio cualitativo, que permite de acuerdo con sus características culturales y naturales específicas y sus relaciones, establecer un orden que hace de ella una ciudad” (Humberto, 2000).

Como conclusión, se puede decir que existe en la ciudad de Cali una gran paradoja entre el espacio público y el espacio privado, ya que lo que se considera como espacio público se ha vuelto cada días más cuestionable, pues como se desarrolló a lo largo de este ensayo, el espacio público se ha convertido cada vez más en un espacio privado.

En cada uno de estos espacios existen diversos tipos de uso y apropiación del espacio; existen espacios públicos los cuales no se utilizan por la población de la ciudad, ya sea porque se encuentran en mal estado, porque se consideran inseguros o porque al fin de cuentas no satisfacen las necesidades o expectativas de las personas. Pero, por otro lado, existen espacios públicos de los cuales cierto tipo de población se ha apropiado de ellos, convirtiéndolo así en espacio de trabajo, recreación, u otros, que pasa a ser un espacio privatizado, solo para el beneficio de uno o de unos pocos.

Todo lo que sucede en nuestro país es la expresión de una sociedad que transpira contrastes por todos sus poros: país de leyes, pero permanentes prácticas de corrupción  que se remontan  al periodo colonial; la “democracia” más antigua de América Latina, pero procesos permanentes de violencia; país de Sudamérica, pero sin historia de populismos ni caudillismos; existencia de partidos políticos desde el siglo XIX, pero exclusión de la oposición; la guerrilla marxista más antigua del mundo, pero procesos de entrega de armas de guerrillas que se declaran antimarxistas y bolivarianas; una de las legislaciones ambientales más avanzadas del planeta, pero destrucción acelerada del medio ambiente; nación pluriétnica y multicultural, pero elite política profundamente conservadora; débil identidad nacional, pero identificación fanática con la selección del futbol; principal productor de cocaína del mundo y país no consumidor; 28% del país bajo territorios autónomos y la unidad nacional no se fractura; mayor reconocimiento de los territorios ancestrales de indígenas y negros en América Latina, pero el obstáculo más fenomenal para ejercer la territorialidad (Castillo, 2007).

La paradoja se encuentra también, en si es mejor dejar que aquellos espacios públicos permanezcan en mal estado, ya que las entidades políticas y gubernamentales no hacen sus debidos procesos para ofrecer un buen servicio, o si es mejor que algunos privaticen lo público, para así empezar a sacar ingresos de ello y ofrecer de alguna manera un “mejor servicio”.

Esto se convierte pues, en un debate donde influye lo cultural de la población, donde refleja que se necesita más concientización y sentido de pertenencia por lo que es de todos, donde cada uno realice un buen uso de los espacios y tenga un sentido de apropiación que le permita cuidarlo y aprovecharlo, que no es por el bien individual sino por el bien común; que permita esto, de alguna manera impedir que lo privado reine y se apropie de todo lo que algún día fue de todos.


Bibliografía


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