JONATHAN
RODRÍGUEZ CAMACHO Y JUDITH ANDREA RIVAS ROJAS
Este
ensayo académico reflexivo, consiste en documentar y analizar la situación
de una problemática urbana contemporáneo. La estructura metodológica y
conceptual de este texto, consiste en aborda en primera instancia, la
conceptualización de Espacio, Espacio Público y Espacio Privado; los cuales nos
permiten tener un marco académico de referencia; para entrar posteriormente y
en una segunda instancia, a reflexionar sobre el uso y apropiación de los
Espacios Públicos y Privados en la ciudad de Cali; realizando una serie de observaciones
y un análisis teórico y vivencial de estos espacios, para demostrar y hacer
visible la paradoja que se presenta en dicha ciudad
“Públicamente-Privado”; sin desconocer claro esta las categorías de tiempo y
espacio; necesarias para la reflexión geográfica. Por último, y ya en una
tercera instancia, consiste en realizar unas conclusiones, que permitan
expresar opiniones, que surgen respecto de los temas y problemáticas
anteriormente planteados.
Este
ensayo pretende desarrollar una de las temáticas importantes que preocupa a
varios cientistas sociales a la hora de analizar una ciudad; en este caso el
análisis se centra en estudiar el uso y apropiación que los ciudadanos tienen
del Espacio Público y el Espacio Privado en la Ciudad de Cali, ubicada en el
departamento del Valle del Cauca. El interés de esta temática reside en comprender
cuál es la paradoja entre estos dos espacios y el conocimiento que tienen los
ciudadanos para la utilización y apropiación de ellos. Con el propósito de dar
a conocer a los lectores la paradoja de lo “Públicamente – Privado” que se
presenta en la ciudad de Cali.
Como
se ha mencionado el tema que se propone describir y complejizar en este ensayo
académico reflexivo, está dada en el título “La paradoja entre el Espacio
Público y Privado en la ciudad de Cali”; específicamente tratando de mirar si
en dicha ciudad se hace visible la paradoja “Públicamente-Privado” y cuál es el
uso y apropiación de los espacios públicos y privados, por parte de los
habitantes de la ciudad. El tema se desprende de una pregunta base, la cual
plantea: ¿Cómo se hace visible la paradoja de los públicamente-privado en la
ciudad de Cali? Para darle respuesta a esta pregunta, es necesario partir
por las definiciones de espacio, espacio público y espacio privado.
Como
se planteó anteriormente, se empieza este ensayo con algunas definiciones
de diversas fuentes sobre la conceptualización de Espacio, el Espacio Público y
el Espacio Privado. Para adentrarnos en los diferentes conceptos y nociones que
a continuación se plantearan con relación al Espacio Público y al Espacio
Privado, es importante dar una revisión de que es lo que se entiende por el
concepto de espacio en este ensayo.
Inicialmente,
es importante mencionar que el espacio es una palabra vital para la geografía,
como lo plantea (Hartshorne, 1939), la historia de la geografía
puede ser considerada como la historia del concepto de espacio porque el
espacio es un concepto organizativo fundamental en la metodología geográfica.
Como lo plantea el autor Harvey (1969), toda la práctica y toda la filosofía de
la geografía depende del desarrollo de un marco conceptual que permite manejar
la distribución de objetos y fenómenos en el espacio.
Es
importante mencionar que al concepto de espacio, con relación a la disciplina
geográfica se le han reconocido atributos diferentes según el enfoque
científico, tales como: el espacio absoluto, el espacio socialmente producido,
el espacio relativo, el espacio reflejo, el espacio vivido y el
espacio relacional (Solé, 1998).
Cabe
plantear que, la comprensión del espacio siempre ha sido discutida por muchos
autores que con características comunes no se han puesto de acuerdo en dejar
una definición, sino nociones y conceptos que den un concepto más claro un
acercamiento a este, es importante además mencionar que la ciencia está en
constante movimiento, y por ende sus conceptos y nociones también; pero además,
el concepto de espacio puede ser visto, estudiando y analizado desde diferentes
disciplinas.
Después
de mostrar la importancia del concepto de espacio para la geografía, y las
diversas formas en que se ha planteado dicha palabra; es importante llegar a un
consenso, al menos en este ensayo, de lo que se entiende por espacio. En este
texto, se entiende el concepto de espacio como todo lo que nos rodea;
pero también es aquel espacio visto desde la geografía, como las
representaciones del mundo real que el ser humano hace, dichas representaciones
son construcciones del espacio al que el ser humano está expuesto, o sea
aquello que lo rodea; este texto ensayo se interesa pues, por las relaciones y
representaciones que el ser humano tiene en un espacio.
Continuando
con la conceptualización sobre el espacio, el espacio público y el espacio
privado, es importante resaltar como lo plantea la siguiente autora que: “La
conceptualización sobre lo público y lo privado tiene una larga data en las
ciencias sociales, sin embargo no solo son invocadas desde diferentes
retoricas, para muchos propósitos y en diversos sentidos dentro de determinados
campos disciplinarios, sino que dentro de una misma mirada teórica se puede
aludir al uso de un vocabulario conceptual con diferentes alternativas de uso” (Soto,
s.d).
Después
de haber planteado la conceptualización de la palabra espacio, que nos ayuda a
comprender someramente lo que este ensayo entiende por espacio, pasamos a
conceptualizar el Espacio Público. Con relación al espacio público,
es importante mencionar que este hace alusión a las palabras grupo, visible,
calle, exterior; es importante mencionar que el concepto de espacio público ha
ido evolucionando, ha sufrido una serie de transformaciones y hoy en día ya no
es mismo; como se plantea en la siguiente cita:
El espacio público ha ido
evolucionando y transformándose de acuerdo a las necesidades y usos de la
sociedad. El espacio público es un espacio multidimensional donde
confluyen las dimensiones físicas, sociales, culturales, administrativas y
simbólicas. La dimensión física es el soporte de las otras que se articulan en
torno a interacciones de individuos y organizaciones públicas y privadas. El
peso simbólico de un espacio público viene determinado por estas interacciones
y por elementos estructurales e históricos que se relacionan con el concepto de
contexto entendiendo que a éste pertenecen también los grupos sociales y las
vivencias peculiares que éstos poseen de acuerdo con dicha dimensión social (Borja,
2000).
Tratando
de hacer una revisión histórica del concepto de espacio público, se reconoce a
Aristóteles como el responsable de iniciar el reconocimiento de éste, como ese
espacio vital y humanizante donde la sociedad se reunía para compartir sus
opiniones, evaluar propuestas y elegir la mejor decisión, se vislumbraba así un
espacio público político (Padua, 1992).
El espacio público es el de la
representación, en el que la sociedad se hace visible. Del ágora a la plaza de
las manifestaciones políticas multitudinarias del siglo XX, es a partir de
estos espacios que se puede relatar, comprender la historia de una ciudad. El
espacio público define la calidad de la ciudad, porque indica la calidad de
vida de la gente y la calidad de la ciudadanía de sus habitantes (Humberto,
2000).
Es
importante mencionar como lo plantea Borja (2000) que en la actualidad el
espacio público tiene un carácter polifacético que incluye desde los andenes,
donde la socialización es aparentemente simple, hasta los escenarios que
concuerdan con lo que Marc Augé (1994), define como lugares: "lugar de la
identidad” (en el sentido de que cierto número de individuos pueden reconocerse
en él y definirse en virtud de él), “lugares de relación” (en el
sentido de que cierto número de individuos, siempre los mismos, pueden entender
en él la relación que los une a los otros) y “lugares de
historia” (en el sentido de que los ocupantes del lugar pueden encontrar
en él los diversos trazos de antiguos edificios y establecimientos, el signo de
una filiación (Borja, 2000).
Cabe
resaltar que la etnología y la geografía han mostrado ya muchas veces la
estrecha relación existente entre la organización social de los grupos humanos
y la manera como estos conciben y construyen su hábitat; o sea que de la
organización de la sociedad se desprenden una serie de representaciones, que se
materializan en la ciudad; como se plantea en la siguiente cita: "La organización
del espacio habitado, no es solo una comodidad técnica, sino que como el
lenguaje, la expresión simbólica de un comportamiento globalmente humano.
(Leroi, Gourhan. 1965). En la siguiente cita, se plantea como ha sido la
concepción del espacio público por quienes lo habitan:
El término espacio público se ha
convertido hoy en una expresión común: técnicos, legisladores, gobernantes,
comerciantes y "el hombre de la calle", identifican así el espacio al
cual se puede acceder sin restricción alguna y donde es posible la expresión de
sus derechos y de sus obligaciones en el escenario de sus diarias vivencias (Humberto,
2000).
En
cuanto al espacio público, cabe resaltar, siguiendo a Borja (2000), que este se
compone en primer lugar de lo que se denomina el “espacio profano” que expresa
la urbanidad, se caracteriza por el libre acceso y por ser
escenario de una intensa actividad social. Y en segundo lugar por el espacio
sagrado, el cual confiere la identidad al territorio como parte de la
memoria colectiva, es de acceso permitido y generalmente construido.
Cabe resaltar que ambas espacialidades, la profana y la
sagrada, conforman el espacio estructurante de la ciudad, el
cual a través del tiempo mantiene los hitos y los elementos que identifican la
ciudad y su cultura. Después de haber realizado una somera conceptualización de
lo que este ensayo académico reflexivo entiende por espacio público, pasaremos
a mirar la conceptualización de espacio privado.
El
espacio privado lo definimos como “Aquellos lugares en los que el o los
individuos desarrollan actividades consideradas no trascendentales para el
devenir de la colectividad así como el espacio en el que se despliegan
prácticas y emociones ligadas a la idea de intimidad” (Astorga, sd), mas explícitamente
otro autor define el espacio privado y la esfera privada, como:
La que garantiza el acceso a un
espacio que pertenece y está controlado por un individuo de manera exclusiva.
El individuo se ampara en una estructura legal, la cual le provee su derecho de
llamar partes del espacio su propiedad privada. Así, lo privado permite
libertades a los individuos para ejercer un control territorial sobre cierto
espacio, permitiendo el acceso solo a personas conocidas, y también provee la
oportunidad para demostrar identidad personal, poder y posición dentro de la
sociedad. La unidad espacial de la propiedad privada está fuertemente
relacionada con el espacio íntimo de la vivienda. De esta forma, podemos
afirmar que la vivienda es el símbolo básico y esencial del ambiente y la
propiedad privada (Madanipour, 2003).
Es
necesario destacar, que el espacio privado no solamente hace referencia a las
viviendas, sino también a las diversas entidades como: Instituciones Educativas
de carácter privado, Bancos, Centros recreacionales, restaurantes, y demás; de
las cuales se puede decir que abren sus puertas al público; pero, el público
debe respetar y seguir las reglas que estas entidades exigen, es decir, una
persona para ser parte o hacer uso de algunas entidades privadas debe pagar y
acomodarse a algunas reglas comportamentales y demás que exige la
entidad.
Un
ejemplo claro de ello, son las entidades Bancarias, a las cuales cualquier
persona puede ingresar a ella, mas no puede hacer lo que ella le apetece, sino
que debe seguir algunas normas, como la de respetar filas, no fumar, esperar su
turno para ser atendido, no hablar por celular, no utilizar gafas oscuras, no
usar gorras, entre otras; lo mismo sucede con los centros recreacionales
privados, que está abierto a diversas personas, pero éstas para disfrutar de lo
que esta entidad ofrece deben pagar una suma de dinero para poder ingresar y
debe seguir las normas para el buen uso de la entidad.
Mas
privado son pues, los espacios de vivienda, los cuales están limitadas por su
terreno propio y de la cual solamente los habitantes de ella pueden ingresar y
hacer uso de ella como lo convengan, pues, cualquier persona no puede ingresar
a estos espacio privados de vivienda a menos de que tenga la aceptación de sus
habitantes, y si lo hace sin autorización, estaría obstruyendo y violando un
espacio privado.
Después
de haber realizado una conceptualización somera de espacio, espacio privado y
espacio público; pasaremos a reflexionar sobre el uso y apropiación de los
Espacios Públicos y Privados en la ciudad de Cali; realizando una serie de observaciones
y un análisis teórico y vivencial de estos espacios, para demostrar y hacer
visible la paradoja que se presenta en dicha ciudad
“Públicamente-Privado”; sin desconocer claro esta las categorías de tiempo y
espacio; necesarias para la reflexión geográfica.
Para
adentrarnos en esta reflexión, es importante mencionar que en algunos
casos, lo público y lo privado, aparecen como dos elementos
contrapuestos donde, a partir de ellos, se pretende entender la complejidad de
la ciudad; Aldo Rossi, (1966), afirma en su libro “la arquitectura de la
ciudad” que:
El contraste entre lo particular
y lo universal, entre lo individual y lo colectivo, es uno de los puntos
principales desde los cuales se estudia la ciudad. Este contraste se
manifiesta en diversos aspectos, en las relaciones entre la esfera pública y la
privada, en el contraste entre el diseño racional de la arquitectura urbana y
los valores del locus, entre edificios públicos y edificios privados. Sí la
división de la ciudad en esfera pública y esfera privada, elementos primarios y
zona residencial, ha sido varias veces señalada y propuesta, nunca ha tenido la
importancia de primer plano que merece.
Es
necesario mencionar que más allá de la contraposición entre lo público y lo
privado, se establecen una serie de relaciones, de composiciones, de
complementariedades y de subdivisiones entre el uno y el otro, que es necesario
entender, con el fin de percibir la relación sistémica de lo que realmente es
la espacialidad urbana. A la vez es importante resaltar que esta oposición no
es estática, por el contrario, está en constante movimiento y transformación, y
además posee múltiples formas, respondiendo a la vez a las categorías de tiempo
y espacio.
Es
importante resaltar que en el espacio público, se manifiesta el interés
común; mientras que en el espacio privado, prima un interés
particular. Tratando de realizar un estado del arte; el autor Jordi Borja
plantea que en las últimas décadas la discusión sobre lo público y privado
ha llegado a tener un lugar privilegiado en los debates sobre la ciudad. Por un
lado, algunos discursos alertan el debilitamiento y la pérdida del espacio
público; por otro lado, lo privado recuperaría la centralidad llegando incluso
a organizar la ciudad. Finalmente para otros, las formas innovadoras de
sociabilidad en la vida pública re-configurarían el fenómeno urbano.
El
autor Jordi Borja (2000), plantea que la ciudad actual sufre un triple proceso
negativo: una disolución, una fragmentación y una privatización; estos tres
elementos van claramente en relación a la paradoja públicamente-privado. A
continuación se explican cada uno de estos tres factores: la ciudad sufre un
proceso de “disolución”, por difusión de la urbanización desigual y el
debilitamiento o especialización de los centros. La ciudad sufre un proceso de
“fragmentación”, por la exasperación de algunos supuestos funcionalistas: la
combinación de un capitalismo desreglado con la lógica sectorial de las
administraciones públicas, produce la multiplicación de elementos dispersos y
monovalentes en un territorio cortado por vías de comunicación; los no
lugares ya no se interpretan como recipientes existenciales permanentes, sino
que son entendidos como enormes focos de acontecimientos. No lugares definidos
por la sobreabundancia y el exceso. Son siempre espacios relacionados con el
transporte rápido, el consumo y el ocio (Borja, 2000).
Y
por último, la ciudad sufre un proceso de privatización, con la
generalización de ghettos según clases sociales desde los condominios de lujo
hasta a las favelas o similares y la substitución de las calles, las
plazas y los mercados por centros comerciales. Una transformar el espacio
público de la calle en un espacio comercial privatizado de un centro de compras
tiene claros costos sociales en términos de acceso democrático y
responsabilidad pública. La domesticación del espacio a través de la
purificación y privatización involucra crecientes exclusiones sociales y
acrecienta las desigualdades. Es importante mencionar que los tres procesos
se refuerzan mutuamente por contribuir a la casi desaparición del espacio
público como espacio de ciudadanía (Borja, 2000).
Relacionando
todo esto a lo que se observa en la ciudad de Cali, se puede ver reflejado que
los espacios privados permanecen en mejores condiciones que los espacios
públicos, pues los dueños de los espacios privados abogan para que estos
espacios permanezcan en buen estado y las personas que puedan hacer uso de
ellos puedan utilizarlas bajo buenas condiciones (Anexo 1). En cuanto a la
privatización de los espacios públicos, los cuales van en relación a la
paradoja “públicamente-privado”; el autor Jordi Borja plantea lo siguiente:
Otras dinámicas existentes, aún
más potentes, son la del urbanismo de productos, la sumisión al mercado, la
obsesión por la competitividad, la fuerza económica de la iniciativa privada y
la debilidad política de la iniciativa pública. Podemos contemplar cómo se
pretende hacer ciudades a partir de parques temáticos, ciudades empresariales,
barrios cerrados, infraestructuras al servicio del vehículo privado e
individual, las zonas de viviendas segregadas por clases sociales, plazas y
monumentos enrejados, etc. y observamos con preocupación cómo se crean bloques
conservadores en las zonas de ciudad hecha y equipada, con los miedos y los
intereses que se oponen a los cambios y a las mezclas. Es el espacio público el
que paga la factura de los “productos urbano” (Borja, 2000).
Existe
pues una mayor apropiación de los ciudadanos de Cali por los espacios privados
que por los espacios públicos, pues, se observa que los espacios públicos que
pueden ser utilizados por toda la ciudadanía sin ninguna excepción mantienen en
pésimas condiciones, pues quienes están a cargo de los espacios públicos, que
son el Gobierno y el Estado no son lo suficientemente eficientes para que estos
espacios sean apropiados para ser utilizados y aprovechados por la ciudadanía.
Por
otro lado, existe una desapropiación de los ciudadanos por estos espacios, ya
que sienten que no les compete el mantenimiento de estos lugares, prefiriendo
así, hacer uso de espacios privados, en los que tiene que pagar para obtener un
buen servicio, con seguridad y calidad; como los casos anteriormente
mencionados (Anexo 2).
Por
otro lado, se puede decir que en las últimas décadas, ha habido un predominio
de lo privado sobre lo público, es decir, que espacios que se consideran bajo
la ley como espacios públicos, han sido apropiados por personas o entidades,
convirtiendo este espacio público en espacio privado. Algunos ejemplos de ello
son estos:
·
“La provisión de servicios de comunicaciones,
agua, electricidad, basura y otros, los cuales han sido generalmente
“públicos”, ahora… han dejado de serlo” (Capitanachi, 2008)
·
Los vendedores de jugos, comida y demás que
tienen su negocio en la esquina de un semáforo. Éstos se han apropiado de estos
espacios públicos, convirtiéndolos en espacios privados; llevan ubicados en
estos espacios muchos años, donde diariamente llegan a su “lugar de trabajo” y
ningún otro vendedor puede ocupar este espacio ya que ya, tiene un
“dueño”.
El vendedor informal o marginal
ya sea ambulante o estacionario, es aquel que ocupa un espacio público para
revender productos. En el centro de Cali estas ventas oscilan entre los cinco
mil y 200 mil pesos diarios, sin gastos de arrendamiento o servicios públicos.
La apropiación y depredación del espacio público por las ventas marginales, va
desde el vendedor que dice sobrevivir de esta apropiación con un batiburro
precario, hasta un sistema de proveeduría donde un mago es dueño de cinco
sitios (Martinez, 1992).
·
La apropiación de los andenes por parte de los
habitantes de casas y dueños de negocios. Los habitantes de algunas viviendas
se apropian de los andenes para realizar jardines o colocar sus carros, y los
dueños de negocios para colocar sus mesas y asientos para los clientes; estas
cosas hacen que los andenes que son un espacio público pasen a ser un espacio
privado y queden reducidos a la mitad o muchas veces no queda ningún
espacio para que las personas transiten por los andenes, tocando así que
caminar por la calle. “Los antejardines no se pueden cubrir ni construir. 5.
(…). 6. En predios de uso comercial no se permite el cerramiento del
antejardín. 7. (…). 9. En los establecimientos destinados a panaderías,
cafeterías, heladerías, fuentes de soda, restaurantes, estaderos y similares,
ubicados en predios que tengan un antejardín igual o mayor a dos con cincuenta
(2.50) metros de profundidad y se encuentren ubicados sobre arterias y
colectoras, se permitirá la ocupación con sillas y mesas móviles sin lugar a
ningún tipo de elementos fijos y/o empotramientos en el piso. En este caso,
solo se permitirá el cubrimiento del antejardín con paraguas o sombrillas en
lona o tela plastificada y bajo ninguna circunstancia se permitirá su
cubrimiento en otro material. Queda igualmente claro que desde mucho antes del
ejercicio de la acción popular existe norma expresa que prohíbe edificar,
cubrir y construir los antejardines, salvo las excepciones previstas por la
normativa del Plan de Ordenamiento Territorial antes trascrita que es de orden
público y por tanto de inmediato cumplimiento” (Martelo, 2006).
·
Algunas personas o grupos
comunitarios se apropian de espacios públicos, encerrándolos para darle un buen
mantenimiento y para que todos los integrantes del barrio o la comuna puedan
hacer uso de ellos. Esto se da especialmente con los parques de algunos barrios
de la ciudad de Cali, donde las Juntas de Acción Comunal y todos sus
integrantes del barrio aportan para el buen uso y mantenimiento de éstos,
manteniéndolo con buena seguridad y vigilancia constante, y solamente
ofreciéndolo al público en algunas horas puntuales.
El Estado ha reducido su control
en el suministro y/o la gestión de los espacios públicos…en muchos espacios se
presentan barreras o son cada vez más cerrados, lo que evita que sean usados
y/o compartidos por todos los miembros de la sociedad (Capitanachi, 2008).
·
La ciudad de Cali se ha convertido en la capital
de las sedes deportivas, ya que se han creado nuevos espacios para la práctica
de diversos deportes, pero que si se analiza, estos espacios (como lo era las
canchas panamericanas) que anteriormente eran utilizados libremente por la población
caleña, hoy en día han sido renovados y encerrados, donde ninguna persona puede
hacer uso libre de ellos, convirtiéndose pues, un espacio que anteriormente era
público, utilizado para patinar y montar bicicleta, hoy en día es un espacio
privado, donde las personas solo usan sus afueras, pero no pueden ingresar al
espacio deportivo.
Estos
pues son solo algunos de los ejemplos que demuestran como las personas o
algunas entidades privadas se apropian cada vez mas de los espacios públicos.
Vemos pues, reflejado la paradoja de lo “Públicamente-Privado” donde los
espacios que se consideran como públicos en la ciudad están siendo cada vez más
privatizados, ya sean por personas, grupos de personas o entidades
recreaciones, institucionales, financieras, etc. Sacando así, provecho personal
de lo que es público. “Lo que en el pasado pertenecía a la esfera abierta y se
configuraba con una mayor legitimidad pública, ahora pertenece cada vez más al
ámbito de lo privado, desde el nivel del micro espacio hasta el nivel macro del
barrio y la ciudad” (Capitanachi, 2008).
No obstante existen leyes que penalizan la privatización de los espacios públicos, como por ejemplo la Ley 388 de 1997, modificada por la Ley 810 de 2003, artículo 1°, en concordancia con el Decreto 1052 de 1998, que concibe como infracciones urbanísticas:
Toda actuación de construcción,
ampliación, modificación, adecuación y demolición de edificaciones, de
urbanización y parcelación, que contravenga los planes de ordenamiento
territorial y las normas urbanísticas que los desarrollan y complementan
incluyendo los planes parciales, dará lugar a la imposición de sanciones
urbanísticas a los responsables, incluyendo la demolición de las obras, según
sea el caso, sin perjuicio de la eventual responsabilidad civil y penal de los
infractores. Para efectos de la aplicación de las sanciones estas infracciones
se considerarán graves o leves, según se afecte el interés tutelado por dichas
normas. (…) Así como también “(…) la localización de establecimientos
comerciales, industriales, institucionales y de servicios en contravención a
las normas de usos del suelo, lo mismo que el encerramiento, la intervención o
la ocupación temporal o permanente del espacio público con cualquier tipo de
amueblamiento, instalaciones o construcciones, sin la respectiva licencia (Martelo,
2006).
La
paradoja “Públicamente-Privado” se muestra en la fotografía (Anexo 3), que nos
encontramos en la ciudad de Cali; la cual posee muchos derechos públicos, pero
la verdad de lo que sucede es que cada vez hay más servicios privados, donde
solamente algunos pocos pueden hacer uso de ellos. Hoy en día ha pululado y se
ha diseminado la idea de que quien quiera hacer uso de un buen servicio; deben
recurrir de alguna manera a servicios privados, pues los públicos se denominan
de mala calidad, este fenómeno debido en cierta manera a la corrupción que ha
generado el paso del capitalismo extensivo al capitalismo intensivo, el cual ha
permeado esferas tales como: la educación y la salud.
Espacio público es el lugar donde
cualquier persona tiene el derecho de circular, en oposición a los espacios
privados, donde el paso puede ser restringido, generalmente por criterios de
propiedad privada, reserva gubernamental u otros. Por tanto, espacio público es
aquel espacio de propiedad pública, dominio y uso público (Borja, 2003)
.
Se
puede observar en la primera de estas fotografías (Anexo 3) un parque ubicado a
lo largo del recorrido; este parque hoy se encuentra enrejado, privatizado y
tiene un horario de uso; pero este es caso simple, pues nos encontramos con que
en la ciudad se han creado en los parques públicos canchas sintéticas de
microfútbol; en las cuales se cobra dinero por el tiempo de un partido de
futbol. En este caso viene a la mente de algunos, el recuerdo de los partidos
de futbol en la calle, el los pastizales, con balones de trapo, una diversión
tan libre, tan publica, tan sana dirían algunos; se ha visto hoy por hoy
privada o privatizada.
Igualmente
se observa que en los parques públicos, se dan los casos de que estén muy
solos, o en su defecto estén ocupados por grupos de consumo y expendio de
droga, si no es en el interior es el exterior de estos parques; es importante
destacar que el parque tiene un uso según su horario; en la mañana es usado por
adultos mayores y jóvenes para el deporte, la caminata, el trote y demás; en la
tarde es utilizado por los niños que salen de los colegios y en la noche es
utilizado por los consumidores y expendedores de droga y una que otra persona
que se atreve a hacer deporte.
Desde una aproximación jurídica,
podemos definir al espacio público como un espacio sometido a una regulación
específica por parte de la administración pública, propietaria o que posee la
facultad de dominio del suelo, que garantiza su accesibilidad a todos los
ciudadanos y fija las condiciones de su utilización y de instalación de
actividades (Borja, 2003).
Es
necesario destacar que en ninguno de estos parques había vigilancia, pero las
personas estaban disfrutando libremente de ellos, sin ninguna preocupación,
debido a las rejas y demás dispositivos de seguridad presentes en el lugar. Se
supone que en lo público, las personas pueden hacer uso libre de los espacios,
pero no es así, pues se encuentran cerrados y el encerramiento implica por ende
privatización.
Las
tres fotografías siguientes (Anexo 3), muestran el caso que se presenta en el
barrio la Hacienda, con un parque ubicado a un costado de una unidad
residencial, resulta que este parque da la impresión que es privado, en tanto
que la unidad residencial ha decidido realizar el encerramiento de dicho
espacio, quizás para beneficio de los habitantes de la unidad; e incluso los
habitantes de la unidad residencial, tiene una entrada aparte que les permite
tener acceso al parque.
Con el surgimiento del primer
capitalismo financiero y comercial el concepto de público ya no se refiere solo
a un grupo de personas que ejercen el poder sino que se vincula a la actividad
económica creciente en donde el estado funciona como el principal garante de
los intereses comunes
(http://desplazamientos.wordpress.com/category/espacio-publico-espacio-privado/).
Resulta
que la fotografía anterior es un parque público; en este caso se presente la
paradoja públicamente privado; las personas que transitan por este sector
piensan que este parque es privado; pues el solo hecho del encerramiento da
esta impresión; es por esto que el parque es utilizado en su mayoría por las
personas de la unidad residencial y no por la ciudadanía en general como
debería de ser. En la siguiente fotografía vemos un espacio público muy
conocido, el cual está tomando tintes de la paradoja públicamente privado.
Otro
aspecto a resaltar en lo públicamente privado es el encerramiento que tiene la
Universidad del Valle; el sistema de vigilancia de todo el día, en cada uno de
los edificios y en su exterior; los protocolos para entrar a la Universidad y
acceder a los diferentes espacios que esta presenta; como el presentar el
carnet a la entrada. Estos aspectos hacen que la Universidad del Valle muestre,
no su cara publica, sino su cara privada; muestra del capitalismo intensivo.
Las solas rejas hacen que la Universidad luzca un aspecto privado, negando sus
diferentes espacios públicos a la sociedad.
Vemos
pues como lo públicamente privado se expresa de gran manera en la ciudad; vemos
como cada vez reinan más los espacios privados que los espacios públicos; vemos
como se ha transitado de ese capitalismo extensivo a ese capitalismo intensivo
que afecta otras esferas de la sociedad y que transforma claro esta los
espacios; en donde las personas podían hacer uso gratuito de lo público; la
tendencia es a que muchas personas comiencen a hacer uso de espacios privados
que de espacios públicos, lo que les permite tener más individualismo y más
privacidad.
Antes
de pasar a la conclusión, es importante mencionar, como lo plantea a
continuación la siguiente cita que: “La ciudad, es la expresión sistémica
concreta que correlaciona las espacialidades públicas y las privadas, no en un
equilibrio cuantitativo de las mismas, sino en un equilibrio cualitativo, que
permite de acuerdo con sus características culturales y naturales específicas y
sus relaciones, establecer un orden que hace de ella una ciudad” (Humberto,
2000).
Como
conclusión, se puede decir que existe en la ciudad de Cali una gran paradoja
entre el espacio público y el espacio privado, ya que lo que se considera como
espacio público se ha vuelto cada días más cuestionable, pues como se
desarrolló a lo largo de este ensayo, el espacio público se ha convertido cada
vez más en un espacio privado.
En
cada uno de estos espacios existen diversos tipos de uso y apropiación del
espacio; existen espacios públicos los cuales no se utilizan por la población
de la ciudad, ya sea porque se encuentran en mal estado, porque se consideran
inseguros o porque al fin de cuentas no satisfacen las necesidades o
expectativas de las personas. Pero, por otro lado, existen espacios públicos de
los cuales cierto tipo de población se ha apropiado de ellos, convirtiéndolo
así en espacio de trabajo, recreación, u otros, que pasa a ser un espacio
privatizado, solo para el beneficio de uno o de unos pocos.
Todo lo que sucede en nuestro
país es la expresión de una sociedad que transpira contrastes por todos sus
poros: país de leyes, pero permanentes prácticas de corrupción que
se remontan al periodo colonial; la “democracia” más antigua de
América Latina, pero procesos permanentes de violencia; país de Sudamérica,
pero sin historia de populismos ni caudillismos; existencia de partidos
políticos desde el siglo XIX, pero exclusión de la oposición; la guerrilla
marxista más antigua del mundo, pero procesos de entrega de armas de guerrillas
que se declaran antimarxistas y bolivarianas; una de las legislaciones
ambientales más avanzadas del planeta, pero destrucción acelerada del medio
ambiente; nación pluriétnica y multicultural, pero elite política profundamente
conservadora; débil identidad nacional, pero identificación fanática con la
selección del futbol; principal productor de cocaína del mundo y país no
consumidor; 28% del país bajo territorios autónomos y la unidad nacional no se
fractura; mayor reconocimiento de los territorios ancestrales de indígenas y
negros en América Latina, pero el obstáculo más fenomenal para ejercer la
territorialidad (Castillo, 2007).
La
paradoja se encuentra también, en si es mejor dejar que aquellos espacios
públicos permanezcan en mal estado, ya que las entidades políticas y
gubernamentales no hacen sus debidos procesos para ofrecer un buen servicio, o
si es mejor que algunos privaticen lo público, para así empezar a sacar
ingresos de ello y ofrecer de alguna manera un “mejor servicio”.
Esto
se convierte pues, en un debate donde influye lo cultural de la población,
donde refleja que se necesita más concientización y sentido de pertenencia por
lo que es de todos, donde cada uno realice un buen uso de los espacios y tenga
un sentido de apropiación que le permita cuidarlo y aprovecharlo, que no es por
el bien individual sino por el bien común; que permita esto, de alguna manera
impedir que lo privado reine y se apropie de todo lo que algún día fue de
todos.
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